"Frío... hace frío..."- eso es lo que pienso nada más recobrar la consciencia - "No puedo moverme. Hace frío."- Pasados unos minutos, abro los ojos no sin esfuerzo, y observo con detenimiento el lugar donde me encuentro: una enorme cueva, cubierta por completo por cristales de hielo. Me fijo en que algunos de los cristales del techo se encuentran quebrados y esparcidos por el suelo. Intento recordar lo que pasó y el como llegué allí, pero no hago mas que aumentar el dolor de mi cabeza aún más. Pero mi cabeza es lo último de mis preocupaciones. Tengo el brazo derecho colocado en una posición extraña y en la pierna izquierda una gran herida que llega hasta el hueso y sangraba mucho, pero lo más extraño es que el hielo del suelo ha trepado por mi pierna hasta la herida cubriendola de una fina capa de hielo. De repente veo una sombra que se mueve al fondo de la cueva. Intento hacer una pregunta, pero los labios no me responden. Estaba agotado pero no quiero cerrar los ojos por miedo a dormir para siempre. La sombra se acerca a toda velocidad y lo último que veo antes de cerrar los ojos son unos ojos azules claros de reptil, que te recuerdan a un glaciar.
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El Hijo Del Hielo
FantasyAlexander Shadows, de 14 años, descubre ciertas cosas que cambiarán su vida para siempre.