Mi amor, mi vida, mi luz, soy yo el ser que tanto te ha amado ¿recuerdas nuestro ultimo día juntos? ¡Pues yo sí! pienso en eso día y noche; hasta tampoco puedo dormir por el dolor que me dejaste cuando te fuiste, tuve como un impacto en el pecho que no pude aguantar. No sé si recuerdas nuestro último día, pero te lo diré.
Es 18 de diciembre en Boston – California. Tenemos una casa grande y bella en donde dos hijos mayores a punto de salir de la universidad. Era nuestro aniversario y te compre ese hermoso abrigo blanco con que resaltaba tus hermosos ojos azules, estaba nevando y recuerdo que a ti te gustaba la nieve... hasta que aquel día cambio toda mi vida.
Es 26 de diciembre, paso la víspera de navidad a sí que fui al trabajo porque hubo problemas técnicos; me da tristeza porque recuerdo que ese día me pediste que me quedara contigo, pero al final te quedaste sola en casa. Yo volvería a las 11 de la noche a sí que solo te ibas a quedar 7 horas desolada.
Son las 9 de la noche, seguía nevando, todas las calle estaban cubiertos de nieve. Me llamaste desesperada gritándome que alguien se había adentrado en la vivienda; yo diciendo que no era nada, hasta que empecé a escuchar como caían cosas al suelo y gritaste. Yo cuando escuche eso fui corriendo al auto a ir directo a la casa, pero ya que no podía porque había nieve obstruyendo la calle, no me quedo de otra que empezar a correr que llame al 911. Yo corriendo, corriendo hasta que llegue a la casa y te vi ahí tirada, vi que te movías que solo fui para allá; andabas muy herida, tenias dos agujeros en la espalda. Me puse a llorar, hubo un diluvio en mis ojos que ya que no podía creer que hasta aquí llego nuestras vidas, la vida que nos costó sostener para que al final se le haga fácil huir. No quiero que te vayas... pero no había nada que hacer, ya te estabas muriendo; te agarre, te cargue, te bese y sentí que ya no te tenía. Me entro un dolor muy pero muy fuerte en el pecho, que cuando te recosté sobre la camilla y cuando te estaban llevando, tres gotas de sangre salpicaron de tus dedos cayendo en la lúgubre nieve dejada tu alma en ella.
Me llamaste desesperada gritando que alguien se había adentrado en la vivienda; yo diciendo que no era nada, hasta que empezaste a correr tumbando todo al tu alrededor cayendo por las escaleras que el grito fue macabro. Asustada agarraste la llave y saliste toda atormentada, hasta que recibiste el sonido que pondría fin a tu tiempo cayendo en el trágico mar sin color donde se hundiría tu alma.
Jamás olvidaré ese día. Fue unos de esos días que me dejo perturbado de por vida. Lloraba cuando veía tus fotos, mi pecho detonaba con cada recuerdo tuyo. Cuando paso por ese lugar jamás olvidaré que tú estabas ahí. Aunque no me sienta solo, es mejor si estuvieses aquí a mi lado. Ahora cada día te visito, cada día te cuento esta carta más con una rosa que te traigo y cada día dejo caer una lágrima bajo tu recuerdo.
ESTÁS LEYENDO
3 Gotas sobre nieve.
Short StoryNormalmente nosotros al tener todo olvidamos lo que era luchar por algo. Ese algo se vuelve inútil y no nos percatamos del tiempo que requiere ese algo para el bienestar mismo. Tenemos y perdemos Olvidamos y recordamos Nuestra vida e...