El último día

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Todos las amigas de Claudia sabían de nuestra relación, incluso Andrea. No hubo problema alguno. Se alegraron y yo también.

Las cosas cambiaron un poco. Ya no solamente nos veíamos en el recreo, también nos veíamos a la salida. Nos organizamos y quedamos en vernos días intercalados para que así ella también tenga tiempo con sus amigas.

Conversando con ella, tocamos el tema de qué haríamos en verano. Las clases se iban a acabar y por lo tanto, dejaríamos de vernos. Ella propuso conversar con su madre para que me conozca, por lo cual estuve de acuerdo. Quedamos que lo haría cuando acaben las clases. Si no me equivoco, para el 14 de Diciembre las clases ya habrían finalizado.

Alrededor de la primera semana de Diciembre, salimos temprano. Media hora antes de lo normal, así que decidimos ir a dar unas vueltas antes de llegar a su paradero. Recuerdo que me regaló un collar muy significativo.
No sólo caminamos, fuimos a tocar timbres y a correr como locos pero en un momento dado, la besé como si fuese la última vez. Nos abrazamos y le susurré al oído: "¿Qué haría yo sin ti?"

Llegamos a su paradero pero como aún era temprano, ella propuso seguir caminando. Caminamos en dirección a su casa. Durante el trayecto hablamos de cosas "aburridas".
Tarde soleada, hacía calor pero aún así decidí tomarla de la mano. Por primera vez. Fue muy lindo.
Llegamos a un punto donde debimos despedirnos pero antes de que ella se vaya le dije:

-Quiero ir a tu casa hoy, para hablar con tu mamá
-Te dije que cuando acaben las clases- dijo ella
-Está bien, como digas

Ese día fue el día más feliz que tuve y regresé emocionado a mi casa sin saber que ese día mi felicidad no duraría por mucho más tiempo.



Un final sin finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora