—Te he dicho mil veces que tiene un arma cargada, no puedo entrar así como así... Debemos ir con calma— dije entre dientes.
—Está a punto de suicidarse, debemos actuar lo antes posible, sino será muy tarde.
Alex estaba demasiado colmado tratándose de la situación. Y yo a flor de nervios a causa de Connor. Ya he tratado casos así, pero esta vez todo se sentía diferente. Los Personajes Literarios nos conectamos con los adolescentes que nos asignan en el momento, de modo que nos ayuda para darnos cuenta cuándo la situación está por llegar a un punto crítico. Connor era un chico de quince años, sufría bullying en la escuela de parte de un grupito de matones de su clase. Y ese mismo día, la chica por la cual él suspiraba de amor, rechazó su invitación para el baile de otoño. Vivía en Privet Drive #6. Sus padres estaban divorciados, lo cual empeoró las cosas. Su mejor amigo, Edward Park, ya había impedido en una ocasión un intento de suicidio de Connor. Sin embargo se quedó con las ganas. La única razón por la cual no lo hizo fue porque siempre había alguien en casa. Pero en ese momento se encontraba solo...
Hacía un clima húmedo, era de noche y los grillos cantaban. El silencio reinaba en las calles en aquel miércoles cinco de mayo. Poco a poco salimos de entre los arbustos. Los vecinos de Connor tenían las cortinas corridas. Alex quiso acompañarme a subir a su habitación, pero yo no lo dejé. Sentía una angustia sofocante en el pecho. Connor se encontraba en su habitación en ese momento. La puerta trasera estaba abierta, la abrí y entré.
—Llámame si algo sale mal— me susurró Alex a lo lejos. Entrecerré la puerta detrás de mí, por las dudas. Tenía la frente sudorosa y me temblaban las manos. A medida que avanzaba me sentía cada vez peor. Connor levantó el arma de su mesita de luz, se quería matar en el baño. Subí lo más rápido que pude las escaleras. Escuché el chirrido de la puerta de su dormitorio justo cuando llegué a la segunda planta de la casa. Se me quedó mirando como si no pudiera creerlo. Sus labios se movían, pero no emitía sonido alguno.
—Por favor, suelta el arma, Connor— le pedí en voz calma. No hubo respuesta. — Esta será la peor decisión de tu vida, Connor. Por favor, piensa en tu madre, en Edward... Puedes empezar tu vida desde cero, cariño... No lo hagas...
—Dile a mamá que esto no es su culpa.
— ¡¡No, Connor, no!!
Y cuando creía que iba a soltar el arma, lo que un segundo parecieron horas, me provocó un inmenso cargo de conciencia. Ya era demasiado tarde, Connor se había disparado en la frente. Caí de rodillas, aquellas última emoción que él sintió fue algo devastador para mi ser. Fue como cuando eres un niño y de repente te pierdes y no sabes hacia dónde ir. Ese sentimiento de pura inocencia. Connor fue eso, un adolescente gran pureza que no pudo seguir adelante y no supo afrontar su depresión. No es fácil lo admito, porque yo lo viví cuando era como él.
Alex subió las escaleras a toda velocidad y me tomó por los hombros. No oía nada, el disparo fue muy fuerte. Para colmo me seguía sintiendo de aquella forma. Ni siquiera podía llorar. Fui de total inutilidad, lo cual me enfurecía. Poco a poco se escuchaba un eco, la voz de Alex.
—Sierra, responde, Sierra. Escúchame, Sierra.
Pero no podía, no era capaz de responderle. Había fallado, por primera vez había fallado. Maldita sea, la cagué de tal manera que no pude controlarlo. Connor, lo siento tanto.
Oh, Peter, si tan solo estuvieras estado aquí. Estoy segura de que habrías podido solucionarlo todo.
ESTÁS LEYENDO
Prometo Salvarte. (Pausada temporalmente)
FantasySierra Odell decide tomar el mismo camino que su padre biológico: salvar la vida de los adolescentes en el planeta Tierra. A veces podrá completar sus misiones con total éxito, ¿serán más las veces que logrará hacerlo de las que no? Como todo en la...