̶ Parece que al fin tendremos nuevos vecinos ̶ dijo con un deje de ilusión, una mujer que rondaba los cuarenta.
La casa que se encontraba cruzando la acera que estaba justo enfrente de su casa. Esa casa había estado sola por mucho tiempo. Era una casa muy linda, con un jardín muy amplio al frente solo que estaba descuidado por la ausencia de alguien que le prestara atención, constaba de dos pisos y la fachada era de madera en un tono propio de ella, lo que le daba cierto aspecto rústico a la casa.
̶ Puede que sea nueva gente con la cual jugar ̶ esta vez, era la voz de un pequeño de alrededor de seis años.
̶ ¡Jugar!, ¡jugar! ̶ Un entusiasta niño de cuatro años no paraba de saltar en el sofá.
̶ Bueno dejemos de ver a los vecinos, y vallamos mejor a preparar la cena que su hermano ya no debe tardar ̶ aunque era una orden de la madre de los niños, ellos lo tomaron como una petición, debido al tono amable de su madre.
[...]
Un joven, se encontraba caminando con dirección hacía su hogar, cuando decidió acortar el camino y a travesar un parque que se encontraba por la zona.
Iba distraído pensando en lo que haría esa misma noche, era una decisión difícil (¡claro que lo era!) pero todo era por el bien de su familia y también por él suyo. Quería salir de ese mundo y hacer las cosas mejor.
Tan inmerso estaba en su debate personal, que no se dio cuenta de que había topado con alguien.
̶ Deberías de tener un poco más de cuidado, amigo ̶ decía la chica, que ahora se encontraba en el suelo. Su tono no era la de una persona que se encontraba enojada si no de una que te da un consejo.
̶ ¡Lo siento!, estaba distraído ̶ confeso el joven, un poco avergonzado. Le tendió la mano para que pudiera levantarse y ella la acepto gustosa.
̶ No te preocupes a todos nos pasa alguna vez ̶ menciono ella mientras se sacudía su ropa.
̶ Me llamo Andrew, mucho gusto.
̶ Erika, un placer.
Aquello había sido un encuentro inesperado para nuestro joven amigo. El encontrarse con tan deslumbrante mujer, era algo que no le ocurría todos los días. Ella era el sueño de muchos, desprendía amabilidad y tenía una mirada cálida, aunque no dejaba de lado que derrochaba sensualidad por todas partes.
Sin dudas era un encuentro que no olvidaría.
[...]
̶ ¿Acaso pensabas que con decir "me voy" las cosas se arreglaban? ̶ decía un hombre de mediana edad, que tenía un semblante serio ̶ de aquí no te vas hasta que yo lo diga y eso será cuando me dejes de ser útil.
̶ No era una pregunta, ni una solicitud, te estoy diciendo que me voy ̶ dijo el joven
̶ Parece ser que no entiendes, eres lo que eres por mí. Yo te hice y te puedo destruir cuando quiera, pero como veo que eres de los que entiendes por las malas, te tendré que dar una lección para que te quede claro.
El hombre trono los dedos y en eso entraron una docena de hombres armados, todos de complexión imponente y con una mira seria.
̶ El muchacho necesita una entrada en calor.
La docena de hombres armados no hicieron ningún ruido. Entendían a la perfección el significado de esas palabras.
Dos de ellos tomaron al joven por ambos brazos y un tercero se acerco por detrás para darle un golpe en la nuca y dejarlo inconsciente. Y lo arrastraron hasta un cuarto obscuro.
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Entre cuerdas y balas
Teen FictionÉl jamás creyó, que le traería tantas desgracias el haber entrado a ese mundo. Él solo lo había hecho para mantener a su familia, después del abandono de su padre. En ese momento por la desesperación no vio otra solución más que esa, pero ahora se...