¡Qué suerte la mia! Tenía que presenciar un atraco a mano armada, genial...
-¡Qué nadie se mueva o disparo!
¡Tú!, la señora de la caja, ve sacando toda esa pasta y metiendola en esta mochila.Todos en la sala estabamos inmóviles, lógico. James estaba delante de mi como si fuera un escudo, mi protección.
En la sala nos encontrabamos nosotros dos, tres chicas de mi edad o incluso un poco más mayores y...-¿Ese no es Eric?- le susurré a James.
-Vamos a ver, tú guapa, ven, ven aquí.
Esta situación era de locos. ¿Esre país estaba maldito o qué?
Aquél tipo estaba mirandonos.-¡No me has escuchado, que vengas!-gritó.
Se refería a mi. ¿Por qué yo? Me quede inmóvil a su mandato, hasta que reaccioné sacandole el dedo corazón.-Vaya, vaya... una chica dura. Me gustas. Así que o vienes por las buenas, o te traere por las malas.
La sala estaba en absoluto silencio. Aquel hombre era de una media edad. Sus ropas estaban sucias y apestaba a alcohol. Aquel olor tan repugnante me era familiar.
Mi padre se pasaba las horas e incluso los días en los bares y volvía a casa en las mismas condiciones que este hombre que esta frente a mi.-No va a ir si no quiere. -dijo James con autoridad.
-¿Y tú quién eres?¿Su novio?
-No te interés lo más mínimo.Yo me encontraba detrás de James de pie, y en ese instante me percaté de que su mano izquierda estaba sosteniendo la mia. James era bastante alto y lo bastante fuerte como acojonar a cualquiera.
Aquel tipo por cualquier borracho que fuera, se le veia lo suficientemente fuerte como para entablar una pelea con James, y en esos momentos, una pelea era lo que menos me apetecía.
Me solté de su mano y arrastre los pies como pude. No tenía miedo. Me puse en frente de él escuchándole.-Mírala, que guapa eres. Tu y yo después de...
-(Mia, contente, manten la respiración, no vayas, no...)
-después de...
(¡PAM!)
No pude contenerme y le propine un puñetazo en su cara lo más fuerte que pude. Aquel hombre se desestabilizó y pude reaccionar rápido y coger el arma. Mi puño no fue lo bastante doloroso como para dejarlo inconsciente, ¿qué me creía? ¿luchadora de sumo?
Rápidamente James me aparto hacia atrás y continuó lo que yo habia empezado. Todo lo que veia eran golpes, golpes y sangre por todod lados. Si James no paraba ¡podría matarlo!-¡James es suficiente, suéltalo!- fueron las únicas palabras que pude balbucear.
-Eh tio, ya la has oído, suéltalo.
Aquellas palabras eran de otra persona. Eric. Ese chico no podria describirlo al cien por cien. Al lado de James, el parecía más pequeño.
-James -susurré- por favor...
En ese preciso instante, como si fuera una película, llego la policia. Se llevaron en una ambulancia a aquél hombre y requisaron el arma. Nos tomaron testimonios. James habia salido ileso de aquella pelea, quizás algun golpe en su cuerpo pero nada notable a simple vista. Estaba cansada de las peleas.
Eran ya casi las doce del medio día y lo único que me apetecía era volver a casa.-Llévame a casa, por favor. - le dije a James. Me miró con cara de perrito abandonado.
Me dolía la cabeza y estaba cansada. Las pastillas que me recetaron tampoco es que me ayudaran mucho y a decir verdad, no me apetecía volver a presenciar un desmayo en mitad de la calle.En cuanto llegamos a mi casa, bajé de la moto y me dirigí a abrir la puerta.
-¡Mia, espera!
-¡Te dije que le soltaras, qué parases!
-Lo sé y supongo que lo siento, pero no pienso tolerar que nadie te haga nada.¿Cómo podría enfadarme con él si desde que he llegado a Londres, ha sido tan amable conmigo?
Me puse de puntillas y le abracé. Aquél abrazo podría haber durado más de no haber sido por mi nuevo amigo que estaba a mis pies moviendo la colita de un lado a otro.-Ey... ¿éste es el cachorro del que me hablaste? -me preguntó agachandose a acariciarle.
-Sí- le contesté mientras me soltaba el pelo y me lo dejaba caer sobre mi hombro izquierdo.
-¿Y su nombre es...?
-Lo cierto es que no había pensando todavía en un nombre.
-Vozka.
No pude aguantar la risa. No queria oír más sobre alcohol, pero lo cierto era que ese nombre era bastante gracioso y hacia juego con el de su perro.-Me gusta... -le sonreí.
Nos quedamos unos segundos mirandonos hasta que reaccione.
-Creo que voy a entrar ya a casa... -dije.
-Ah si es cierto, yo también tengo que irme. Por cierto, dame tu número de teléfono y te meto en el grupo de nosotros. Ya me entiendes; Steph, Abraham, Bramdon, Eric, etc.
-Claro.Cogí en brazos a Vozka mientras me despedía de James.
-Bueno, adiós... gracias por el desayuno tan, diferente -sonreí.
-De nada. Ojalá que no sea el último.Acto seguido se subió y se marchó en su moto. Mientras tanto, yo entraba en casa con Vozka.
-¿Mamá? Ya estoy en casa.
-Hola cielo, ¿qué haces aquí tan pronto?
-Me dolía la cabeza por culpa de las pastillas supongo- mentí aunque no era del todo una mentira.
-Vaya, has hecho bien. Voy a preparar la comida, mientras tanto ponte más comoda.Asentí y subí a mi cuarto. Mi habitación me parecia de lo más acogedora. Me dejé caer en mi cama y notaba como poco a poco el sueño se apoderaba de mi. Miré mi móvil una última vez.
*Acabas de ser añadido al grupo: West*.
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El diario de Mia
Genç Kurgu10 de septiembre. ¿Qué harías si volvieses a empezar tu vida en otro país? ¿Qué pasaría si allí estuviese la peor de tus pesadillas alias; Elisabeth ? ¿Y si desmantelaras todos los dramas familiares?¿Qué pasaría si estuvieras al borde de la muerte...