EL REENCUENTRO
Tras 3 días de largo viaje, habíamos llegado a Trento, salimos al exterior por la puerta que Gilberto había formado.
Estábamos en un camino y era algo desierto por lo que, no se veía nada, pensábamos que nos habíamos perdido.
-Esto es un camino quizás nos lleve hasta la villa de tío Leandro.-
Gilberto respondió:
-Es buena idea seguir el camino aunque aquí fuera no haya nadie.-
-Pero a lo mejor es porque está algo lejos de aquí, probablemente tío Leandro haya querido ocultarse de algo.-
Comencé a caminar por el sendero, la brisa movía mi largo cabello y la temperatura era bastante cálida.
El camino nos condujo hasta una gran muralla, miré hacía arriba de ella, había hombres mirándonos, ¿Sería esta la villa de tío Leandro?.
-Creo que probablemente hayamos llegado, aunque, ¿Una ciudad puede estar dentro de una muralla?, me resulta extraño...
Me adelante hasta llegar a la puerta con mucho cuidado y me paré a esperar, no sabía que podía pasar si hacía un paso en falso.
Había un hombre hablando con ellos, por algún motivo nadie nos hizo nada, de pronto, un hombre alto y esbelto con el pelo a media melena y moreno, se nos presentó delante abriendo la puerta de la muralla.
-¡Sofía!.-
Conocía mi nombre, mas supuse que era Leandro.
-¿Tío Leandro?.-
-Claro que sí sobrina, soy yo, ¿No me reconocías?, han pasado tantos años...Estás más alta casi como la altura de tu padre.-
-Tío Leandro, ha pasado mucho, casi no me acordaba de vuestros rasgos pero habías cambiado mucho, el tiempo os ha cuidado bien.-De repente, se me puso una amplia sonrisa, había recuperado a alguien que hacía 15 años que no veía y seguía tratando igual que siempre.
-Me alegro de que por fin estéis aquí, un viaje largo hasta Trento, ¿Verdad?, estaréis cansado.
-Tío Leandro, ¿Puedo hablar un momento contigo?.-
-Claro, querida sobrina, decidme.-
-Madre y Fernando no saben nada de la muerte de padre, me preguntaba si...No sería inconveniente que les informarás tú.-
-A madre si pero Fernando aún es muy pequeño para decirle esto, con lo cual, se lo contaré cuando sea algo más mayor, ahora me llevaré a tu madre para informarla, mientras, quédate con Gilberto y hoy descansa mañana será un día muy duro, tendrás que aprender tus habilidades y te enseñaré a utilizar tus armas.-
-Espera, ¿Armas?, ¿Habilidades?, tío Leandro, ¿De qué está hablando?.-Se fue con madre y Fernando del brazo, me dejo hablando sola pero no entendía que tenía que ver eso con la actual situación, escuché una voz de mujer a lo lejos, me giré para ver quien era.-
-¡Sofía!, ¡Cuánto tiempo!.-
Ella vino corriendo hacía mi abrazándome, le devolví el abrazo aunque era algo extraño, Gilberto que a mi lado se encontraba la separó rápido de mi y comenzó a preguntarla.
-¿Quién eres tú?, ¿Por qué habéis abrazado a Sofía?, ¿De qué la conocéis?.-
-¡Oh vamos!, ¿No te acuerdas de mi Sofía?, soy yo, Elisabetta, tu mejor amiga de la infancia.-
¡Elisabetta!, ¡Cuánto tiempo hacía que no te veía!, ¿Cómo es que estás en la villa de tío Leandro?, y Gilberto ya puedes ponerte a mi lado, ella es Elisabetta mi mejor amiga de la infancia, siento lo que ha pasado es que Gilberto es...Bueno me protege.
-No te preocupes, es normal, me enteré de lo de Fiorello, lo siento muchísim y bueno se que es extraño verme por aquí pero es una larga historia, pero ahora deberías de descansar, pero no sin antes conocer la villa.-
-Era un buen hombre...Pero llegaré al fondo de este asunto, gracias, tengo todo el tiempo del mundo para oirlas pero descansaré y es cierto que la villa estaba dentro de la muralla, ¿Cómo es posible?.-
-Bueno estos bocetos de la muralla y la ciudad en general los hice yo, una especie de borrador para dárselos al arquitecto y así fue su transformación, pero es fácil es pequeña pero muy acogedora y la muralla evite a maleantes que entren por estos lares y tenemos cañones situados en lo alto de las murallas.-Señalo hacía arriba.-
-¿Los bocetos los ha hecho tú?, desconocía esa faceta tuya Elisabetta, pero la verdad aunque sea pequeña es bastante acogedora tal y como habéis dicho, y los cañones aunque solo fuera por segundos me gustaría poder manejarlos.-Mire hacia arriba, los cañones eran negros, algo antiguos pero parecían funcionar bien.-
-Eso tendrás que hablarlo con tío Leandro, el es el único que da las órdenes aquí, mira aquí tenemos las 3 tiendas más importantes, está el fabro, el medicci y el sastro, cada uno se encargar de uno cosa distinta pero son buenas personas.
Mire algo confundida, ¿Qué hacían una tienda de sastres y una tienda de herrería en una villa?.
-Estoy segura de que si son importantes, es porque su trabajo lo saben hacer bien, además seguramente venden primero productos con calidad, ¿Verdad?.-
-En efecto no os equivocáis Sofía, como dijo Leandro, para comprar no tiene que ser de calidad tiene que ser hecho a mano con sumo cuidado.-
-Tío Leandro y sus frases, realmente no ha cambiado nada.-
-Bueno con el paso del tiempo se ha hecho algo más responsable pero sigue igual.-Elisabetta hecho una leve risa, porque Leandro fue todo un mujeriego.- Continuemos, os mostaré vuestros aposentos pero antes, fijaos.-Señalo en las pequeñas escaleras que llevaban a casa de tío Leandro.
-Es un símbolo algo extraño, nunca lo había visto antes, ¿Qué significa?.-
-Hasta ahora nunca lo he sabido, solo Leandro lo sabe y por más que pregunté, nunca obtuve respuesta, no se si podrás preguntarlo y que al final conozcamos el secreto, pero tiene mucha importancia en este villa, y significa algo pero me falta el que, aún así, es admirable.-Ella subió por las escaleras con las puntas del vestido en la mano, su melena larga y rubia ondulada y su rostro tan pálido, le daban una belleza inconfundible.
-Bueno ya hemos llegado, entremos.-
Gilberto y yo seguimos a Elisabetta hasta dentro de la casa, era amplia, casi que podía perderme pero solo sería cuestión de 1 un día para saber donde se encontraba cada cosa.
-Cómo es algo tarde y vendréis cansados, creo que os prepararé algo de comer, pero antes, debéis dejar vuestras cosas, Sofía tu habitación es la que está arriba al fondo y Gilberto la tuya es la de enfrente de Sofía, espero que disfrutéis de vuestra instancia.-
-Muchas gracias y me alegro de verte.-
Gilberto estuvo callado durante el paseo que dimos a la villa, yo me dirijí hacía mi habitación y cuando estuve apunto de abrirla Gilberto me detuvo la mano.-
-Antes de que entres me gustaría pedirte disculpas por lo de tu amiga no sabía nada...-Me soltó la mano.
-No os disculpéis, estáis para protegerme, lo entiendo.-Entre en la habitación dejando así a Gilberto fuera, estaba algo avergonzada, creí que iba a pasar algo por lo que me hubiera alegrado pero, vi que solo era algo creado fruto de mi imaginación, dejé las cosas en una silla y me senté en la cama.
Gilberto se dirijió a su habitación algo decaído, sería por sus recuerdos, no debería de haber dicho nada acerca de eso, me sentía culpable con todo lo que había sucedido que solo me preocupe de mi misma, pero, empezaría a cambiar a mi suerte a partir de ahora.