Extra- De vuelta a Charleston.

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Recomiendo leer este capítulo luego de haber leído Problemas de una rubia (CALM #3)

He escrito este extra después de esa historia y si no la han leído tal vez todo sea un poco confuso.

Tengan un buen día. 💙

Verano 2008, Chaleston S.C.

Ser una oficial de policía por alguna extraña razón había sido lo que Maya siempre había querido y no sabia que quería (no sería la única cosa... Cof, cof, Gavin Morgan)

Le gustaba la sensación, el respeto que imponía el uniforme y como en ocasiones este representaba una armadura. Y si era un cargo importante y se podía pavonear orgullosa por las calles, y le encantaba pero sobre todo como se sentía capaz de proteger a los suyos, eso era lo mejor.

Vivía en calma, en una bella casa con un toque victoriano y a la vez moderno, tan de ensueño. Era grande y tan preciosa que simplemente se le había quitado el aliento cuando el auto se estacionó frente a ella y Gavin le sonrió con complicidad. —¿Este era su nuevo hogar? ¿Enserio?— Se sintió radiante, emitiendo un chillo de felicidad, era el lugar perfecto para cada miembro de familia... O eso creía.

"¡Que te quedes quieto Lou!" Oh... La calma no había durado mucho esa mañana de ese sábado. Los gritos de su hijo adolescente, quien empezaba a cambiar de una voz de niño a una gruesa se hicieron presentes en el segundo piso. "¡Es mi habitación, largo!"

Maya miro a una Jade removerse sobre su cama. Ella y su pequeña bebé de tres meses solo querían un poco de televisión y descanso. ¿Donde rayos se había metido Gavin? Un ruido de algo cayendo al piso y el gruñido de Eddie fueron suficiente para que la rubia se levantara de la cama. El sonido de los pasos apresurados y la risa de Lou-Dean le daban una idea de lo que había pasado.

Probablemente Lou habría hecho enfadar a Eddie (cosa que le parecía muy divertida al menor) y el otro habría estallado en uno de sus episodios de mal humor que había tenido últimamente.

La rubia tomo a su bebé entre sus brazos con mucho cuidado la presionó sobre su pecho besando esa cabecita cubierta de cabello marrón. Termino cubriéndola con la pequeña mantita rosa que llevaba su nombre bordado, aunque fuera pleno verano, la casa estaba helada por el aire acondicionado.

Escucho claramente el azote de la puerta de Eddie y como el volumen escandaloso de su música salia desde su habitación. Se encontró con Gavin subiendo las escaleras, llevaba a Lou tomado del hombro quien parecía mas tranquilo comiendo una galleta, y sonriendo a su madre con aquellos ojos azules impresionantes chispeando.

"¡¿De nuevo esta así?!" Grito Gavin por lo alto. ¿Como una computadora podía producir tanto ruido? Maya asintió mirando como Jade se removía incomoda entre sus brazos. "¿Quieres que hable con el?"

Nego. — "Lo haré yo." Aseguro con una sonrisa. "Lleva a estos dos a nuestra habitación." Dijo tendiéndole a Jade. "Veremos Spider-man."

"¡Si!" El pequeño Lou había saltado lejos de sus padres corriendo en dirección de la habitación de ambos. Aquel era un pequeño era un montón de energía.

Se dieron un corto beso, Gavin había tomado a la pequeña Jade y caminado hacia la habitación donde Lou ya estaba colocando el DVD. Maya solo sentía la cabeza punzar. Sonrío al reconocer al reconocer a una de las bandas favoritas de su hijo, (Linkin Park) no le desagradaba en lo absoluto pero no era sano el volumen en el que Eddie mantenía su música, a ese paso estarían sordos para el lunes.

Toco la puerta y como era de esperarse el chico no escucho. Una vez mas lo hizo pero sin tener resultados giro la perilla que para su buena suerte se encontraba sin seguro. Eddie estaba pegado a su computadora. Ya no era un niño, su largo cabello castaño cubría su frente y también las imperfecciones en ella, demasiado delgado y también alto como un poste de luz en la calle, pálido por falta de sol, había pasado su primer verano en Charleston dentro de su habitación haciendo justamente lo mismo que hacia en ese momento; hablar con sus amigos de Filadelfia y gruñirle a quien se le acercara.

El chico miro a Maya con el ceño fruncido mientras ella le dedicaba una sonrisa. — "Baja el volumen, bug." Uso el tono de mamá. El chico rápidamente lo hizo. "Cariño tenemos que hablar."

Eddie hizo girar su silla en su dirección. Maya permaneció de brazos cruzados tratando de no ser ni muy fuerte ni demasiado suave.

"¿Que esta pasando?" Pregunto ella. "No sales de esta habitación, no juegas con Lou ni Jade... Ayer hice tu postre favorito y ni siquiera lo probaste."

El chico suspiro aun con esa expresión desinteresada y mirando al piso murmuro. — "Tu no lo entiendes."

"Ayúdame entonces." Miro incrédulo a su madre quien seguía en el mismo lugar de pie.

"Odio Charleston." Confeso. "Odio esta maldita casa, y quiero regresar a Filadelfia."

Maya lo sabia, la noticia no había afectado a nadie tanto como a Eddie. Lou estaba feliz de vivir cerca de los abuelos y de conocer gente nueva, Eddie solo una vez había hecho un comentario '¿Por qué?' Pregunto con ojos acuosos y semblante duro, la explicación de su padre acerca de trabajar con el abuelo David y un puesto en la policía de Charleston no le dejaron ganas de protestar. El adolescente lo acepto pero no estaba lidiando bien con ello.

Maya le abrazo y su niño grande finalmente había soltado lagrimas sobre la camisa de su mamá. Extrañaba a sus amigos y odiaba el clima caluroso, no odiaba la casa, finalmente tenia su propia habitación pero no podía evitar extrañar la casa en la que vivió catorce años. Le confeso a Maya que estaba nervioso y tenia miedo de no hacer ningún amigo, que si no había comido postre había sido por el dolor punzante en su boca gracias al metal en sus dientes, ya que había iniciado su tratamiento dental hace algunos días.

"¿Quieres saber un secreto?" Susurro Maya a su hijo. Sintió como el chico asentía aun abrazado a ella. "Papá y yo hemos abierto finalmente la cuenta de ahorro para cuando vayas a la universidad."

"Mam.." La mujer siseo interrumpiéndole.

"Lo se." Dijo riendo. "No quieres ir a la universidad, quieres ser detective." La mujer sonrió, sabia perfectamente lo que pasaba por esa cabecita. Había estado casi nueve meses dentro de ella, por supuesto que lo conocía. "Supongo que cuando llegue el momento tu papá lo entendera, aunque intentara hacerte cambiar de opinión para que vayas a Penn y obtengas un titulo. Yo te apoyare en cualquier decisión." Jugueteo con el cabello de su hijo. "Aun así vas a necesitar un lugar donde quedarte si entras en la academia de Filadelfia, nuestra antigua casa podría servir."

Los ojos azules de Eddie se elevaron hacia el rostro de su madre. — "¿N-no van a venderla?"

"Cariño, tu diste tus primeros pasos ahí." Maya le tomo las mejillas. "Tus manitas y las de tus hermanos decoran una de las paredes, no se la vendería a nadie." El chico sonrió. "Se que es difícil cambiar todo de golpe, y que extrañas a tus amigos pero aquí conocerás a muchas personas nuevas, tal vez puedas entrar al equipo de basketball... Tu padre ha instalado un aro en el patio, el realmente espera que quieras practicar con el."

El chico sonrió. "Tal vez consigas una novia, las chicas de Charleston son las lindas pregúntale a tu papá." Bromeo haciendo reír al adolescente. "Te amo, bicho." Dijo besando su mejilla. "¿Ten un poco de paciencia, si? Ya pronto te acostumbraras aquí y quien sabe." Se encogió de hombros. "Tal vez nunca quieras irte."

"No lo creo, amo Filadelfia." Dijo riendo y viendo como su madre caminaba hasta la puerta.

"Bueno, entonces tal vez solo te guste." Dijo abriendo la puerta. "Ahora apaga esa maldita maquina y mueve tu trasero a la cama junto a tu papá y los niños, veremos una película todos juntos."

"Mamá ya estoy grande para eso." Protesto.

"¿Para ver películas con tu familia?" La mujer enmarco una ceja y el chico rió. "Ven, eres mi almohada favorita y parece que la de Jade también." Se levanto rápidamente hasta su madre y esta el abrazo nuevamente quedando a la altura de su pecho.

"Jade siempre vomita sobre mi."

"Significa que te ama, tiene una forma peculiar de decirlo."


Fin x 2

Memorias de una ex rubia (CALM#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora