El ruido estático de los cientos de canales de la televisión que no funcionan se oyen de fondo mientras hablo por teléfono con Lydia. Jackson sigue empeñado en encontrar un canal que funcione.
- Ciento malditos noventa y ocho. ¡Uno - nueve - ocho! - grita Scar, entrando en pánico, desde el otro lado de la línea.
- ¿Tantos? - pregunto con intriga y sin soltar el teléfono antiguo de la habitación por el cual hablo con el que hay en la habitación de Scar, Lydia y Allison.
- Sí - me dice ahora Lydia, que se ha puesto de nuevo al teléfono -, este motel tiene el récord en suicidios con ciento noventa y ocho en tan sólo cuarenta años. De media, son unos... - hace una breve pausa, calculando mentalmente - 4'95 muertos al año, lo cual es de esperar. ¿Pero quien conmemora eso con un número enmarcado?
- Los dueños deben estar locos. Pero... ¿Son todos suicidios?
- Sí. Por ahorcamiento, degüello, sobredosis e incluso un par por disparo de escopeta en la boca - el bello de los brazos se me eriza cuando ella dice eso y en mi cabeza resuena de repente el sonido de un disparo -. No sé tú pero yo...
La llamada se corta de repente.
Me aparto el teléfono de la oreja y lo miro con el ceño fruncido.
Espero que sea porque son más viejos que Matusalén.
- Cariño... - oigo un susurro que proviene del teléfono.
- ¿Lydia? - no sé si estar sorprendida, divertida o asustada por lo que acabo de oír.
- Te quiero - el susurro se oye de nuevo, y a pesar de que no reconozco la voz sé segurísimo que no es Lydia -. Esto no es culpa tuya, simplemente no quiero seguir viviendo. No sin nuestro pequeño.
- Disculpe, creo que se ha equivocado - le digo a la mujer del otro lado de la línea, muy consciente de que mi voz tiembla.
La mujer ríe levemente antes de susurrar:
- Quiero que sepas que estoy usando el cuchillo para carne que me regalaste por Navidad. Corta muy bien...
- Señora. - mi voz ahora es urgente.
- Recuérdame... - la última sílaba queda ahogada por un viscoso borboteo de lo que parece un líquido saliendo por su garganta.
¿Se ha cortado el cuello?
- ¿Señora? - digo, sin ser consciente de que una lágrima ha caído de mi ojo derecho - ¿Oiga? ¡Señora!
Pero la única respuesta es el mismo ruido que hace la televisión que no funciona.
El teléfono cae de mi mano y se queda colgando del cable que lo une al marcador. Mis ojos están perdidos en algún punto de la habitación y de repente noto los brazos de alguien rodeándome y el olor de Jackson llegando a mis fosas nasales.
- Brooke, estás temblando. ¿Qué ocurre? - me dice con voz tranquila y meciéndome levemente.
- Y-Yo... Necesito... Necesito aire.
Jackson me deja ir sin rechistar. Incluso me abre la puerta.
Debo parecer demasiado afectada para siquiera preguntar.
El aire frío de la noche me limpia rápidamente la cabeza y como por arte de magia salgo del shock.
Bajo las escaleras metálicas rápidamente y corro hacia donde se encuentran Allison, Lydia y Scar.
- ¿Brooke? - dice Scar, cuando me ve llegar.
Están delante de recepción, donde no hay nadie al otro lado del mostrador, sólo una tarjeta de "en el caserón".
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Atrapada En Ellos {3a temporada de AETW}
FanfictionUna nueva amenaza se ha unido a mi lista de cosas bizarras que han sucedido en mi vida: una manada sólo de alfas está en Beacon Hills. Y como si fuera poco, mi novio hombre lobo tiene ataques de celos constantes por mi mejor amigo... Menuda tontería...