One Shots-vol I

Valiente | ｌｕｔｔｅｏ

Alguien valiente no siempre es quien pelea por amor.
A veces es más valiente dar un paso al costado, sacrificar tu felicidad por la de aquella persona.

¿Realmente era valiente? ¿No era mas fácil ir y decirle a Luna lo que siento? Y en vez de eso me alejé de ella, hasta la alenté con lo de Simón. Me senté en un banco a pensar en todo.

Jamás en la vida pensé que me podría llegar a pasar algo así. Antes yo era feliz, con una vida perfecta, novia perfecta... O al menos creía ser feliz, aunque en verdad nunca lo fui.

Mi felicidad se fue ese día en que mi papá ya no pudo jugar conmigo, el día en que mi mamá ya no me esperó con la leche, el día en que empecé a contarle mis problemas a la mucama en vez de a mi familia, el día en que maduré. Crecí muy rápido, no lo voy a negar, tal vez ese era el problema, crecí en una mentira.

Pero toda esa falsa felicidad desapareció de mí aquella tarde en Cancún en que nos chocamos por accidente. A partir de entonces mi perfecto y armado mundo se desestabilizó por completo. Y desde entonces la vida fueron mil razones para llorar, y millones para reír.

¿Y ahora?¿Que se supone que va a pasar? ¿Todas las razones de reír van a ir perdiendose con el tiempo, como ese beso?

Suspiré. En el banco de aquella plaza me mojaba con la lluvia. Alguien se sentó a mi lado.

-Matteo...-Su voz me inundó por completo.

-...Simón tiene suerte.-Dije mirando a la nada.

-¿Por qué? No sabes lo que dices, chico fresa.

-Sí, la tiene. Él no necesita robarte un beso para sentirse querido por vos.-Dije esas palabras como si las hubiera practicado por horas frente a un espejo intentando no llorar, y en cierto modo así era. Me costó decir eso de manera decidida sin quebrarme.

-Matteo...

-No digas nada.

-Ya.-Dijo. Hubo un silencio. Al rato siento la calidez de la palma de su mano sobre la mía, sus dedos entrelazándose con los míos. La miré.

-Dijiste que no hablara. De alguna manera necesitaba expresarme.

-¿Y esto que significa?

-Que si te quiero.

-Yo no hablo de ese tipo de querer... no hablo de querér como la querés a Nina, por ejemplo.

-Yo tampoco hablo de ese tipo de querer. No podría quererte de ese modo.

Bajé la vista.

-La manera en que te quiero es... muy diferente.

-¿De que manera?¿De la manera en la que cuando no ignoras sos distante? Me duele tenerte a la mitad...-Me sinceré.

-De la manera en que cuando te miro desaparece el mundo, de la manera en la que me duele el corazón de tanto quererte, de tanto amarte, Matteo. De esa manera.

-...Soy demasiado cobarde como para que me ames.

-Yo creo que lo que hiciste fue muy valiente. No cualquiera sacrifica su felicidad por la del otro.

-Me salió así.-Suspiré.

-¿Sabes? En este momento daría lo que fuera por darle a esta historia uno de tus finales.

Ambos soltamos una risa, y por primera vez hice contacto visual con ella, la misma que me quita el sueño, la misma por la que lloro, la misma por la que río, la misma por la que vivo, la misma chica, a la que sin temores beso, beso y me corresponde.

La lluvia es testigo de nuestro amor, empapando nuestro beso, nuestro hermoso, hermoso final. Y al separarnos solo sonrío. Ver a Luna mojada me recuerda instantáneamente al principio.