Capítulo 3

18 3 0
                                    

Ángela

-Bueno, a ver, estuve hablando con el del piso, y me dijo que podíamos empezar a mudarnos mañana mismo -estaba muy entusiasmada. Iba a empezar a ser independiente, si ya se, sería independiente de verdad si el piso no me lo fuesen a pagar mis padres, pero bueno da igual.

-¿Ya? -Lorena abrió los ojos.

-Sí, ya. Quiero dejar todo listo, para que luego no tengamos que andar con prisas y podamos preparar el viaje tranquilas. Yo creo que en dos días como mucho ya habremos acabado de llevar todas nuestras cosas -puede que a veces me pase de "obsesa del control", (mmm eso me suena a algo), pero necesito tener todo controlado para que salga según lo planeado.

-Bien, bien. Así que este finde fiesta, ¿no? -Lorena empezó a mover las cejas ansiosa.

-Puede... -quizás sonreí de manera diabólica, (he dicho quizás, no que lo haya hecho, soy una chica tan inocente que apenas salgo). Valeee, sí, de todas formas no tiene demasiado sentido que hable conmigo misma de esa chorrada.

-Fiesta... -Cristina se acercó a nosotras.

-Alcohol... -pase la lengua por mis labios.

-Chicos... -Lorena se mordió el labio.

-Gonzalo... -dijimos Cristina y yo a la vez partiendonos de risa. Lorena empezó a correr detrás de nosotras maldiciendo. Al final se sentó en la cama cansada.

-Yo por lo menos tengo novio, no como vosotras amargadas. Os vais a quedar solas... -la interrumpimos dándole con la almohada en la cabeza.

-Eres. Una. Puta -la besé en la mejilla para demostrarle lo mucho que la quería a pesar de lo gruñona que era.

-Lo sé. Al menos soy de las de lujo, no como vosotras... -se cruzó de brazos enfurruñada.

-Ay mi guarrilla de lujo como la quiero -Cristina se le tiro encima, literalmente.

-Quita foca -bufó Lorena.

********

-No puedo más -se quejó Lorena dejando la caja en el suelo del piso y poniendo las manos en su espalda. Como si hubiese hecho "mucho", la muy asquerosa se había pasado la mitad del tiempo quejándose, y la otra mitad del tiempo sentada y volviendo a quejarse.

-Mucho no te habrás cansado -gruñí enfadada dejando mi caja también en el suelo y dándole una colleja. Cristina y yo con la ayuda de mi hermana y mis padres, habíamos llevado nuestras cajas y más de la mitad de las de Lorena.

-Esta es la última. Tus padre me han dicho que te dijese que se tenían que ir y que no podían subir a despedirse -Cristina se sentó en el sofá suspirando cansada.

-Ya, ya me dijeron que me ayudaban y se iban. Luego les llamaré -mientras lo decía, me senté en el sofá al lado de Cristina.

Mire a mi alrededor para observar el piso por décima vez. Desde la primera vez que lo había visto, me había encantado. Era justo lo que siempre había soñado. Es estilo era moderno, y los muebles eran todos blancos o negros. Las paredes eran negras, y el suelo era de moqueta blanca. El salón estaba junto la cocina, no había ninguna pared que los separase ni nada. Si quería sacarle algún defecto, sería el de que el piso tiene tres habitaciones y un SOLO baño. Chicas del mundo, vosotras me entendéis, ¿a que sí? Íbamos a pelearnos constantemente por el. Yo por mi parte, solo en ducharme tardaba dos horas, (¿que queréis? Mi pelo es complicado), eso tirando por lo bajo.

Por otra parte, mi habitación si que era completamente lo que siempre había soñado. Las paredes eran rosas y los muebles blancos. Siempre me ha encantado el color rosa. En eso era muy distinta de Lorena y Cristina, la habitación de la primera era roja,y la de Cris era amarilla. La mía parecía la de una princesa, la de Cris la de Bob Esponja, todo amarillo, y la de Lorena el cuarto rojo del dolor de Christian Grey. Bueno volvamos a mi habitación de princesa. Lo mejor de todo era mi cama. Era tan grande. Siempre les había pedido a mi padres una cama de matrimonio, pero me decían que no porque sino también se la tendrían que haber comprado a mi hermana. Luego estaba el armario, que la única condición que había puesto es que fuese grande. Sino, ¿como iba a meter toda mi ropa? La ropa y los zapatos es el bien más preciado de una chica. Confirmado.

-Bueno, ¿y quien hace la cena? -Lorena nos observo con una sonrisa. Cristina y yo nos miramos y nos levantamos del sofá, ella cogió una satén y yo unos filetes de la nevera.

-Tú -dijimos Cris y yo dándole ambas cosas.

-Putas...

Tocado Y Hundido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora