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Las noches en Seúl eran el centro de la perdición.
Las luces, el ruido y el ambiente seguían atrayendo cada vez más personas en busca de diversión, dejándo el lado trabajador y cumplidor de la atareada vida coreana.
Y esque Seúl era una de esas ciudades que nunca duermen, manteniendo a la gente rondando de un lado a otro.

Las tentaciones son más fuertes cuando el sol cae, y el deseo reacciona entre las características que la hacen ver como una ciudad del pecado.

Las bombillas de las farolas en aquellas viejas calles vibraron levemente, indicando que quedaba poco tiempo para terminar fundidas. Los letreros brillantes en la parte superior de los pubs alumbraban cada rostro de borrachos, varios tirados en el suelo junto a vómitos y desechos. 
Pero eso no impedía que los jóvenes se amontonaran formando largas filas en las puertas, esperando a que el guardia los dejase pasar; algunos eran menores, otros demasiado mayores. No predominaba ninguna edad en concreto.

Kim Taehyung no solía ir por esa parte de la ciudad. No le gustaba salir por aquél tipo de ambiente. Él prefería espacios relajados y tranquilos, dónde pudiera concentrarse en su trabajo y su mente pudiera volar con facilidad. A él le gustaba el orden, a diferencia de sus tantos compañeros de Universidad.

Sin embargo, en esos momentos se encontraba caminando con paso inseguro junto con Namjoon, el amigo truhán que lo había logrado convencer para llevarlo ahí. Recorrió con la mirada la basura del asfalto hasta que frente a él aparecieron unos pies.
Al elevar los ojos, el robusto cuerpo de un portero quedó a la vista, haciéndolo retroceder varios pasos encogido.

-Hey, ¡John! -habló Nam al momento, chocándo los puños con el grandullón como si fuesen amigos de toda la vida-. Él es V, un amigo.

Taehyung observó a su compañero confundido por el apodo que había utilizado, pero decidió dejarlo pasar.
El hombre inspeccionó por unos momentos y frunció levemente el ceño, dedicándole una mirada desaprobatoria.

-No lo he visto nunca por aquí.

-No suele venir, pero hoy fue su graduación. Así que si ocurre algo ahí dentro, tendrás un doctor que pueda ayudar.

John relajó la expresión al escuchar aquello, admirado de ver a un hombre de provecho frente a él. Normalmente, en aquellos barrios, no habían más que adolescentes irresponsables sin estudios ni trabajo, únicamente dedicados al desfase. Y Kim Namjoon era uno de esos.

-Disfrutad la noche, chicos.

Las puertas se abrieron y el más alto tiró del brazo de Taehyung, arrastrándolo hacia el interior con una pequeña sonrisa plasmada en el rostro.
El aire cargado y caliente chocó directamente contra ellos, ahogándolos por unos segundos debido la gran cantidad de humo de tabaco y cachimbas. El olor a alcohol era fuerte, las luces eran tenues.

Taehyung se sintió fuera de lugar al instante. Se dejó llevar hasta que su cuerpo chocó contra la barra, Nam saludaba a todas las personas que se cruzaban por su paso. Hizo una mueca de lado y se llevó la mano al cabello rojo, revolviéndoselo incómodo.

Y ya comenzaba a detestar ese lugar.

Sun Hee mantuvo la mirada en aquél pelirrojo hasta que desapareció por la puerta, nunca antes lo había visto por ahí.
No pudo evitar fijarse en la forma elegante con la que caminaba, la mueca temerosa en su rostro y la inseguridad con la que se había adentrado en aquél pub.
Desde la esquina de la calle, ella vio la diferencia que habían entre ese desconocido y su amigo.

Todo el mundo conocía a Namjoon, popular por la zona debido a su gran atractivo y la facilidad para conseguir unos cuantos gramos de sustancias ilegales. Él se había acercado a ella y la había contratado alguna noche, sin embargo la relación nunca llegó a ser más allá vendedor-cliente.

Nunca habría imaginado que alguien como él se juntase con el tipo de persona que parecía aparentar aquél chico de cabello rojo.

Se abrazó los brazos desnudos por el diminuto vestido que traía puesto y se encogió en el sitio, sintiendo cómo los pies le dolían de estar ahí parada tanto tiempo.
Quería irse, pero tenía claro que si daba tan sólo un paso sin que un cliente se lo haya pedido, probablemente al día siguiente aparecería muerta.

Simplemente, esperaba tener suerte esa noche e irse sin haber pasado por la cama de ningún hombre antes.

Meinu. - taehyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora