Capítulo único

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Volterra, Italia, 1962.

Pataleó, forcejeó y lloró. Suplicó a su madre por piedad pero ella solo le vio con dolor pegando las manos a su pecho, conteniendo las lágrimas mientras los enfermeros le sostenían con fuerza para subirlo al coche.

El camino le llevó hasta aquel aterrador edificio donde todos entraban pero nadie salía, negó con la cabeza y volvió a forcejear para salir de ahí, tenía miedo. Le llevaron a rastras dentro del lugar cargando la maleta que su madre amorosamente había hecho. Botaron la maleta en la paquetería...ahí donde se quedaban todas las cosas.

Le despojaron de su ropa y lo bañaron con agua fría para ponerle la bata que usaban todos los internos, le asignaron una cama con la comuna y botaron ahí como si fuese un muñeco de trapo.

—Lev Ackerman—le llamó una voz masculina haciendo que alzara la vista.

— ¿Por qué estoy aquí? —preguntó con voz temblorosa.

—Tu comportamiento errático tiene asustada a tu madre, te hemos traído aquí para que te cures...estás en buenas manos, no te preocupes—dijo el médico con las manos en la espalda. —Tus pertenencias se quedarán en la paquetería para que cuando salgas no hayas perdido nada.

— ¿Puedo al menos...dormir con Isabel? —preguntó viendo al hombre, con los ojos llenos de lágrimas.

El mayor pareció analizarlo y habló con la enfermera en voz baja sobre algo que él no escuchó.

—De acuerdo, lo permitiré pero si te pones agresivo te la quitarán.

Negó con la cabeza y recibió de la enfermera la pequeña muñeca de vestido elegante, la abrazó y se encogió aún más en la cama.

—Si...soy obediente, ¿podré irme pronto?

—Sí, si mejoras podrás irte.

Asintió y cerró los ojos aguantando las ganas de llorar.

-0-

En realidad no estoy seguro de cuanto ha pasado...no logro recordar muchas cosas y apenas me reconozco cuando me paro frente al espejo...no sé dónde está Isabel, hace tiempo que la busco y no logro verla...

En realidad no logro reconocer mucho de lo que hay aquí, a veces me veo de nuevo en el hospital y a veces en esta habitación donde estoy casi todo el tiempo, es extraño.

—Tío Levi—escuche la voz suave de una mujer, ¿es a mí? No, hace mucho que no veo a Levi, no puede ser a él. —Por favor, necesitas comer.

Mis ojos viajaron despacio para ver a la chica a mi lado...su rostro era tan parecido al de mi madre.

—Mikasa, ya déjalo en paz—le pidió otra voz que parecía fastidiada... ¿Serán enfermeras de aquí?

—Vete si vas a empezar con tus tonterías—la chica dejo el plato en la mesa y me dio la cucharada de comida intentando no lastimarme, entonces no era una de ellas. —Hoy pasaremos la tarde en el jardín...y tal vez pueda llevarte a dar un paseo por el parque, ¿te parece bien?

No respondí...no podía responder por alguna razón, pero sonaba lindo...aunque si tuviera a Isabel conmigo estaría mejor. Isabel debía estar muy molesta, a ella le gustaban los paseos bajo el sol y el calor...pero seguramente ahora tendría frío.

—Pensaba que te gustaría que te leyera tu diario antes de salir, tal vez quieras recordar algunas cosas.

—Todo—dijo con voz más baja de la que creí y de forma torpe, quería saber por qué estaba ahí.

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⏰ Última actualización: May 18, 2016 ⏰

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