Capítulo 25 de mi vida

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¿Qué si estaba nerviosa? Por supuesto que estaba nerviosa. ¿y si le daba por volver a dispararme y esta vez afinar más su puntería? 

"Debo estar loca..."

Sujeté con fuerza la mano de JJ que fingía una sonrisa. Me tranquilizaba que él estuviese ahí. Me había traído ropa limpia y había conseguido sacarme de casa, pese a las quejas de mi madre, con la excusa de ir a ver una peli al cine. Se lo debía, sola no hubiese podido. 

- Todo saldrá bien Helena- dijo sacándome de mis ensoñaciones.

Paro en seco y soltó suavemente mi mano. Le miré algo extrañada y él señaló al frente. Seguí la dirección de su dedo y le vi, estaba apoyado en una vieja camioneta y jugueteaba nervioso con el cable de sus cascos, no tardó en vernos. Le lancé una última mirada nerviosa a JJ quién me sonrió y me empujó suavemente para que andase hacia él. Sky se había incorporado y ahora me esperaba con las manos en los bolsillos de sus jeans a escasos metros de nosotros. Respiré hondo.

"Vamos Helena, puedes hacerlo"- me obligué a animarme. 

Comencé a avanzar y no me detuve hasta que quedaron escasos centímetros entre nosotros, entonces subí mi mirada hacia arriba y me encontré con sus ojos. Nos quedamos así durante unos minutos que me parecieron eternos. Sky estaba despeinado, sus ojos lucían cansados y unas oscuras ojeras anunciaban el transcurso de una noche larga en vela. Respiraba entrecortadamente, no se porque sentía que no había nada que decir, que simplemente había ido allí para algo que temía que acabaría sucediendo....sabía que Sky estaba allí para despedirse.

Sus ojos viajaban de mi derecho a mi izquierdo fugazmente. Pude ver como el dolor se veía reflejado en ellos. Acabó por bajar la vista al suelo, y me descubrí observando con cuidado cada tramo de su rostro, cada centímetro, cada milímetro de él, sus pestañas oscuras, sus pequeñas pecas, sus mejillas coloradas...

- Helena...- susurro.

No sabía porque pero no quería que hablase así, necesitaba descansar, alejarse de todo. 

- Shhh...- le obligué a no seguir y lleve una mano a su barbilla. 

Notaba como poco a poco iba perdiendo el control de mis actos y mi corazón se hacía dueño de mi cuerpo. Sky volvió a fijar sus ojos en mi y yo, sin pensarlo mejor, enrosqué mis brazos a su cuello y pegué su cuerpo al mio. Tardó unos minutos en reaccionar y cuando lo hizo me rodeó por la espalda y me apretó contra él. Me dejé llevar por aquel cálido abrazo y cerré los ojos. Nuestros latidos se acompasaron y acabaron por unirse creando un ritmo que retumbaba en mi cabeza como los tambores de una batería. 

Noté sus manos apartarme suavemente apoyadas en mis hombros. Sus ojos volvieron a encontrarse con los míos.

- JJ me lo ha contado todo.- le dije antes de que comenzase a hablar.

- Él no lo sabe todo

- Pues cuéntamelo- le dije.

- ¿Quieres caminar?

Asentí y le seguí hacia el parque próximo a la bolera. 

- Querrás saber porque te disparé 

- Se lo que haces y por qué lo haces, se quien es Isabel y lo que te hizo- noté como una casi imperceptible mueca de dolor nublaba su rostro pero pronto desapareció- pero ¿por qué a mi Sky?¿qué hice yo?

ÉL negó con la cabeza.

- Tú no hiciste nada, simplemente eras el último capricho de mi jefe, el último signo de respeto hacia él que tenía que cumplir para poder salir...

Sentí un nudo en la garganta y tragué saliva, el siguió su relato sin obviar detalle.

- ¿Te acuerdas de mi hermana?- asentí- Está curada, o en parte lo está, ha superado el cáncer.

Mis ojos se abrieron como platos. Antes de que pudiese decir nada Sky siguió hablando.

- Es gracias a mi jefe. Él la proporciono las medicinas que necesitaba para curarse. El problema es que mi hermana aún debe seguir medicándose y sigue ingresada en el hospital. Cuando todo acabó le dije a Dan que no quería seguir en esto y el me dijo que solo podría dejarlo y terminar de salvar a mi hermana si cumplía su último encargo, matarte. Decidió obligarme a destruir lo que sabía que era lo más importante para mi después de mi familia.- Le miré a los ojos y vi como la ira comenzaba a apoderarse de su  cuerpo, apretó los puños.

- Sky, no estoy a salvo ¿verdad?

Él bajó la vista al suelo.

- Jamás lo estaremos, porque si Dan descubre que tu estas viva incumplirá su promesa y nos matará a todos

- Y ¿qué vamos a hacer?

- No lo se.....

Me llevé una mano a la cabeza y suspiré. Liberé todo el aire contenido en mis pulmones. 

- Si que lo sabes Sky, lo sabes perfectamente al igual que yo.

Él me miró algo perplejo a los ojos.

- Tenemos que huir

Sky se paró en seco. La idea había estado rondando millones de veces por su cabeza pero no se había atrevido a decírsela a ella. 

- No voy a obligarte a abandonarlo todo

- Tú no me obligas a nada, es mi decisión y ya está tomada....yo.....no pienso volver a perderte

Mis últimas palabras salieron de mi boca deseosas de ser pronunciadas, me sorprendí a mi misma al descubrir lo que acababa de decir. Sky me miró a los ojos y yo le devolví la mirada. Al instante un impulso que yo no podía controlar se apoderó de mi cuerpo y sin saber muy bien por qué uní sus labios con los míos. Él me respondió al beso y me rodeó por la cintura, sus labios cada vez ejercían más presión sobre los míos mientras el beso se intensificaba y nuestros latidos alcanzaban un ritmo casi sobre humano. Salté y enrosqué mis piernas a su cintura. Fue le mejor beso de mi vida, jamás me habían besado así, recordé el día en su casa y las veces que soñé con aquel momento, recordé el dolor en mi pecho cuando dijo que todo lo que había dicho era mentira, pero me obligué a mi misma a olvidar todo aquello y a perderme en sus labios. Ninguno de los dos quería parar aquello por miedo a que solo fuese un sueño y al despertar ya no nos tuviésemos el uno al otro, pero nuestros pulmones reclamaban aire y no tuvimos más remedio que separarnos. Sky apoyo su frente en la mía y me miró a los ojos, sus negras pupilas estaban muy dilatadas y su respiración acelerada se mezclaba con la mía en el escaso espacio que nos separaba. 

- Jamás volveré a separarme de ti- susurró.

Y los dragones hambrientos de mi tripa decidieron hacer una fiesta y explotar cohetes en mi estómago. No se muy bien por que sonreí, sonreí y me sentí la chica más feliz del mundo, porque jamás volvería a perderle, porque supe que lo abandonaría todo si era necesario para quedarme con él y le seguiría hasta el fin del mundo, porque nos amábamos y  no podía estar más segura de ello. 

¿¡Me van a dejar escribir!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora