Alone

Despedidas

Quedaba un día. Solo un día para cambiar mi vida por completo, ya no había vuelta atrás.
En mis 16 años de vida, no había encontrado ningún lugar al cual considerar mío.
Llevaba 6 años en Aytown y este era el primero que empezaba a encajar. Me había creado un grupo de amigas y otro mayor en el que estábamos treinta.
Una parte de mi necesitaba este cambio, quería otra oportunidad de encajar.
-Te echaremos de menos - decían todos
-Y yo a vosotros.
- Hablaremos todas las semanas eh, y haremos Skype.
-¡Claro!

Nunca me gustaron las despedidas, despedirse suponía la posibilidad del olvido y ese era uno de mis mayores miedos. Ser olvidada.
Cuando te marchas todo cambia, aunque te prometan que no, lo hará.
Otras veces, la distancia es necesidad.
Necesitas escapar, necesitas dejarlo todo lejos. Así los otros aprecian tu ausencia y tú valoras la de ellos.
Claro que todo es muy fácil hasta que te marchas, una vez que te has marchado todo se complica.

-Jen, ¿va a venir? -peegunto a mi mejor amiga esperanzada
-No- me mira con tristeza
-Me lo imaginaba tranquila.
-Lo veis dejado, además sin él estás mejor.
-Lo sé- sonrío
-Bueno, así cuando vengas estarás solo con nosotras
-Si, ahora soy toda vuestra - concluí

A pesar de todo lo que acaecido el último año, yo le seguía queriendo y en el fondo mantenía la esperanza de que él a mí también.
Nunca hubo una despedida entre nosotros, y tampoco nos dejamos oficialmente. Simplemente todo se fue enfriando.

El resto de la noche fue inolvidable, todo fueron risas, recuerdos, bromas, regalos, cartas, abrazos y lágrimas.
Al cerrar la maleta sentí que le ponía un punto y final a mi vida, y creí estar bien por hacerlo.
Al día siguiente me subí a ese avión que me llevaría directa a mi nuevo destino. Un destino que ahora mismo desconocía, uno al que le temía, uno que gracias a mi estúpida manía de ponerme en lo peor, en cierto modo previne.