Volver a Vivir

Capítulo 5: Un Beso Indirecto

NA: ¡Ya volví! Agradezco sinceramente su paciencia, pero los múltiples pendientes me superan y no puedo establecer un cronograma fijo para completar los capítulos. Al menos ya tengo este listo, así que hoy toca nuevo capítulo.

En esta oportunidad, nos adentraremos a otro episodio conocido de la primera temporada. Eso sí, nos habremos saltando bastante para llegar hasta aquí, pero nada relevante para esta línea de tiempo en realidad.

Sin más que decir, que lo disfruten.

*****

A partir de ese momento las cosas comenzaron a mejorar. Dado que todavía no tenía mucha participación en las cosas de gemas, Steven decidió que lo mejor que podía hacer por el momento era atender a su otra mitad, dedicarse a ser un niño. De modo que comenzó a salir más, especialmente con esa chica Connie.

Conforme fueron saliendo por Ciudad Playa se conocieron mejor, y aquella extraña sensación que al principio confundía a Steven finalmente retrocedió, permitiéndole interactuar de forma más amena y directa con ella. Los dos se hicieron grandes amigos en poco tiempo, y el niño aprovechaba cada momento con ella para dejar salir todo aquello que las gemas no serían capaces de entender, y a la vez brindarle su apoyo a Connie con sus problemas de inseguridad.

Esa tarde, los dos estaban sentados sobre una lona en la parte superior de la colina situada detrás del acantilado, al pie del cual estaba la estatua gigante del templo. En medio de los dos había una cesta abierta que contenía varios emparedados de mermelada.

- Entonces... - prosiguió la morena con la plática - ¿por qué esa cerca? No estaba aquí la semana pasada.

Frente a ellos, rodeando el borde del acantilado desde la estatua hasta llegar al faro de la ciudad, se extendía una cerca de madera bañada en pintura blanca que lucía bastante reciente y sin rasguño alguno.

- Oh, esa es una larga historia. - le comentó Steven.

- ¿En serio? Me gustaría escucharla. - pidió Connie, apoyando sus codos sobre sus rodillas cruzadas, y dejando reposar su mentón sobre sus manos. Sus ojos cafés observaban con atención, aunándose al pedido.

- Bueno, puedo intentarlo. - respondió el hijo de Rose, haciendo memoria de lo sucedido antes de comenzar su relato.

*****

Bahía de Ciudad Playa
Hace dos días

Era de mañana en Ciudad Playa, y curiosamente en el mismo lugar en donde días después los dos niños llevarían a cabo su picnic una figura azul se movía bastante.

- Basta, Lapis, deja de hacer eso. - comentó la otra figura, de menor estatura y polo magenta con una estrella amarilla en medio.

- ¿Qué pasa Steven? ¿Te preocupa que algo me suceda? - respondió la gema con un tono de voz entre condescendiente y juguetón, mientras realizaba manerismos exagerados con el único fin de hacerse la dramática - ¡Oh, no! Estoy tan indefensa al borde de este risco. Ahora, ¿quién podrá defenderme?

- Lapis, hablo en serio. - le increpó Steven - A Peridot no le va a hacer ninguna gracia nada de esto.

Justo en ese momento, la gema de lapislázuli perdió el balance al pararse muy al borde del abismo, sacudiendo desesperadamente los brazos en el aire para recuperar el equilibrio. El niño sintió rápidamente cómo se le aceleraban los latidos por el susto.