Cuatro.

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El chico de cabellos claros se llamaba Taehyung y tenia 20 años. Ya no estudiaba sino que trabajaba y tenia una sonrisa cuadrada muy bonita. Me había contado que le gustaba tocar el saxofón y que siempre llegaba tarde a clase, como yo. Si, me encanta contar que llegaba tarde a clase todos los días. 

Esto lo había descubierto hablando en la sala de espera del médico de urgencias. 

Jungkook miraba su teléfono desconcertado mientras yo me quejaba del dolor hasta que me atendieron. Aunque en cierto modo Taehyung me despistaba dándome tema de conversación. Era muy animado y de vez en cuando soltaba chistes malos que, al ser tan estúpidos me hacían partirme de risa. Aun así, Jungkook no se inmutaba y simplemente se mantuvo callado. No podía negar que en el fondo quería hablar con él y no con Taehyung. Era muy agradable, sí, pero no él no me había salvado la vida. 

Presentía que Jungkook podía llegar a ser la persona más dulce que conociera nunca. Cuando estuvimos más tranquilos, después del accidente con el coche, me soltó la mano con suavidad y comenzó a limpiar mi ropa con las suyas. Yo estaba estática mientras él había lo que quería. No podía ni quería moverme. Lo único de lo que tenía ganas era de llorar y abrazarme al chico, pero mi mente estaba bloqueada. 

Aún así, mis lágrimas no tardaron en brotar de mis mejillas. Unos brazos me rodearon al instante y mi corazón se aceleró a una velocidad vertiginosa. A pesar de que era Taehyung el que me estaba abrazando, no era difícil que mi pulso se acelerara por cualquier contacto físico con otra persona que no fuera mi madre. No me gustaba, pero en ese momento lo necesitaba. Así que estuve casi media hora llorando y llenando la camiseta de Taehyung de mocos, hasta que consiguió arrastrarme hasta el médico porque el dolor en el brazo comenzaba a ser más fuerte de lo que yo misma esperaba. 

Jungkook había sido un milagro para mi. Me había salvado de una lesión peor. Sólo tenia una pequeña contractura en el músculo del brazo. Nada bastante importante. Me habían dicho que con unas simples semanas me curaría del todo, pero yo no quería creerlo. En cierto modo quería que Jungkook se quedara a cuidarme, pero eso iba a ser complicado si ni siquiera me dirigía la palabra. 

Jungkook seguía sin hablar.

 Jungkook seguía sin sonreír. 

Una bombilla invisible se encendió sobre mi cabeza cuando recordé. Saqué mi teléfono móvil y comprobé la fecha. Uno de octubre. Mi cumpleaños. Y yo lo había olvidado por completo. Mis padres no me lo habían recordado y yo como una tonta pensé que era un día como otro cualquiera. No es que creara grandes fiestas para celebrar un año más de mi vida, pero si que me daba el capricho de pedir un pastel y algo de dinero para mis ahorros. No sabía como despedirme del chico que me había traído y tampoco sabía si iba a dejar que me fuera, pero había que intentarlo. 

- Taehyung...yo debería estar en clase. Tengo que irme. - el me tomó del brazo en el cual no existía ningún dolor y negó con la cabeza. 

- Puedo ir yo a justificar la falta, ve a casa. - mi rostro no cambió. No sabía como iba a explicarle a mis padres lo que había pasado. Casi me habían atropellado y encima estaba en el médico con un completo desconocido. Mayor de edad para rematar la cosa. Si mi padre se enteraba de que Taehyung me había estado abrazando mientras yo lloraba desconsolada estaba segura de que iba a hacerle la vida imposible al pobre chico. - ¿donde estudias? -  Su voz volvió a sacarme de mis pensamientos.

Le dije la calle del instituto y mi nombre completo. Ya daba igual. El chico daba un aura de confianza impresionante y era imposible que las palabras no salieran de mi boca a la velocidad de la luz, sin ni siquiera darme cuenta. 

- Jungkook va a ir a tu instituto dentro de poco, ¿verdad Kook? - le dio un codazo al contrario y este apenas se movió, asintiendo con la cabeza. - Nayeon va a estar contigo en clase, creo, ¿que edad tienes? Te ves de la edad de Kook. 

Mi cumpleaños, hoy era mi cumpleaños. Aunque lo que había estado intentando procesar fue que Jungkook iba a asistir al mismo instituto que yo. Íbamos a vernos por los pasillos, a encontrarnos en algunas clases, incluso podía hablar con él si me lo proponía. Pero eso no eran más que fantasías. 

- A partir de hoy, 18.

-Entonces es tu cumpleaños - asentí mientras sonreía. Taehyung soltó mi brazo. Llevaba manteniéndolo todo ese tiempo. No me había fijado en que tenía unas manos muy bonitas. Sus dedos eran bastante largos. Aunque tampoco había prestado atención al agarre que había ejercido durante cinco minutos enteros. - Podemos ir a celebrarlo. Mañana. 

- Ya has hecho mucho por mi... - y era verdad que lo había hecho. Me apenaba tener que depender de alguien, sobretodo si esa persona era desconocida para mí. 

- Da igual. - me interrumpió. - Has tenido un accidente y hay que cuidarte como tal. Por suerte a Kook no le paso nada y eso hay que celebrarlo también. - Yo había estado pensándolo durante un rato. El chico era mayor de edad, no lo conocía, podía intentar cualquier cosa...pero su estúpida aura de confianza era difícil de esquivar. 

Abrí la boca para hablar, pero él me interrumpió.

- Nada de peros, mañana, en el semáforo. A las cinco. No te creas que no te he visto. - mi cara se puso roja como un tomate. Él había visto como miraba a Jungkook. Como me quedaba quieta como una estúpida para observar sus cabellos negros. 

Así que al menos alguien  notaba mi presencia.

- Jungkook habla mucho de ti. - el susodicho se levanto y nos dejo a Taehyung y a mi solos en la sala. - Ups...- Taehyung se levantó y fue en busca de Kook. Se despidió de mi y me dijo que me cuidara.

Yo no le seguí.

Así que Jungkook habla mucho de mí. 


Taehyung, aleja tu sensual sonrisa de mí

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Taehyung, aleja tu sensual sonrisa de mí. (T⌓T)

traffic light ⊹ jeon jungkookWhere stories live. Discover now