Elevo con lentitud mis dedos de las teclas del piano, dejando de tocar a pesar de que la melodía no termina en este punto. Aún me faltaban un par de notas para llegar al final, pero al escuchar los murmullos casi imperceptibles al otro lado de la puerta... se me hace imposible seguir concentrándome.
Suspiro, y entre nervioso y enojado me doy la vuelta estando aún sentado en el pequeño banco de piano.
-Sé que están ahí.- hablo con seriedad, intentando parecer firme, aunque la verdad es que por dentro sigo sintiéndome asustado, y lo que me irrita es que ya no sé de qué exactamente.
-Nos ha pillado.- escucho que dice el pecoso idiota susurrando desde el otro lado de la puerta apenas abierta.
-Por tu culpa, obviamente. Los humanos no saben mantenerse callados cuando deben.- parece gruñir Miguel, sonando claramente enojado y fastidiado. Aquello no me sorprende.
-Pues discúlpame, ángel presumido.
-¿Cómo me llamaste? Humano resentido.
-Ya, por favor. Al menos tengan la decencia de pedirme perdón.- me atrevo a intervenir, cruzándome de brazos y cogiendo un poco de valentía ante la situación.
-Lo siento, Rubén.- El pecoso idiota es el primero en aparecer, sonriendo con inocencia y un poco de arrepentimiento.- Es que vi a este tonto espiándote y me pareció algo sumamente irrespetuoso. Sólo estaba intentando detenerlo.
-¿Ya olvidaste que tú también te quedaste espiando a mi lado? Estúpidos humanos, sólo saben mentir.- vuelve a gruñir Miguel, apareciendo detrás de August sin dirigirme la mirada.
-Tú también te comportas como humano a veces, y te da asco reconocerlo, lo sé bien, pero es la verdad. Ambos fuimos creados de la misma mezcla principal. Todos salimos de la misma y asquerosa mezcla.- No logro entender las palabras del sonriente pecoso, pero supongo que aquellos conocimientos que posee se deben básicamente a su difunto padre. Aún recuerdo la conversación que tuve con August cuando nos encontrábamos debajo de una de las calles de Londres, intentando escondernos de Miguel. ¿Cuánto tiempo había pasado de eso ya? Me siento demasiado desorientado al recordarlo.
-Está bien, humano sabelotodo. Supongo que tú te encargarás de la parte teórica cuando le enseñemos a Rubén de qué va todo este rollo. Mientras tanto, cierra tu bocota e intenta aguantar con los labios pegados por más cinco minutos.
-Entendido jefe.
-Aún sigo esperando una disculpa.- hablo, cansado de escuchar puras oraciones incoherentes para mi cerebro cansado.
-No veo por qué debería disculparme, es mi mansión, son mis habitaciones y es mi piano el que estabas tocando hace unos minutos. Así que el que debería pedir disculpas... eres tú, cachorro.- Miguel parece burlarse al pronunciar aquellas palabras que me hacen fruncir el ceño, y aquella perfecta sonrisa que forma en sus labios termina por irritarme por completo. Por alguna razón no pienso en las consecuencias, y simplemente... contesto.
-No puedes ser tan testarudo. Después de todo lo que me has hecho pasar, más que una disculpa deberías de besarme los pies como mínimo y suplicar mi perdón. Eres peor que un humano, Miguel. Mucho peor.- expreso con todo el odio posible, poniéndome de pie, dispuesto a enfrentarlo. Tal vez estas cosas en mi espalda me sirvan de algo después de todo.
-Oh, claro que lo sé, cachorro.- desafía él, pareciendo divertido con todo el asunto.
-¡Deja de llamarme así! ¡No entiendo por qué el apodo! ¡Sé más original al menos! ¿Cachorro? ¿Es en serio, Miguel?
-Te llamaré como yo prefiera hacerlo, cachorro. No veo por qué te enojas por algo tan insignificante. Hasta pareces una mujer humana.- suelta riendo, totalmente relajado.
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El Brillo de la Oscuridad (Rubelangel)
Fanfiction¿Le tienes miedo a la oscuridad? ¿Amas a la oscuridad? ¿Le tienes miedo al brillo oscuro? ¿Amas el brillo oscuro? Deja que sus alas te envuelvan... Déjate llevar... No tiene sentido ocultarse... de la inminente oscuridad... ....... (La pareja prin...