Capítulo diez. El bar del pecado.

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—No puedo creer lo que ven mis ojos. —Dijo la mujer morena que había tras la barra. —Mi querido James vuelve a las andadas.

—Hola Jenna. —Saludé con una media sonrisa a aquella vieja mujer.

Jenna llevaba en este negocio desde que yo tenía pañales al menos y sin embargo, siempre se conserva de la misma manera. En vez de una mujer de cincuenta y pico o sesenta, parece tener unos treinta y algo. Morena, alta y con habla latina, pero que eso no engañe a nadie, era española de nacimiento. Había crecido en México porque sus padres se divorciaron, o algo así me contó la primera vez que la conocí.

—Y esta vez vuelves a venir con tus dos amiguitos, pero en conjunto. —Miró a Álex y a Marcos.

—Vamos Jenna, sé que sigues enamorada de mí. —Dijo seductor Marcos.

—Si te soy sincera siempre preferí a Álex. —Susurró guiándole un ojo, a lo que mi amigo le sonrió vergonzoso. —¿Y ella? ¿Otra víctima a la que queréis influenciar de malas maneras?

—Soy Anastasia. —Se presentó la morena. Jenna la miró de forma analítica como si quisiese leerle la mente.

—Me trasmites buena energía, ¿qué haces juntándote con estos tres?

—Digamos que es la nueva noviecita de James. —Contestó Marcos mientras que se sentaba en un taburete. —Un bourbon. —Señaló la botella.

—Mejor pon tres. —Se animó a hablar Álex.

—¿Acabáis de llegar y ya os queréis emborrachar? —Cuestionó mientras que vertía el alcohol en los diferentes vasos.

—Esto es un bar, podemos venir a beber siempre que queramos ¿no? —Dijo Marcos.

—¿Cómo sabes que acabamos de llegar? —Interrogué yo.

—¿Y tú que vas a tomar querida? —Le ofreció a Anastasia.

—Digamos que yo no estoy aquí para beber nada, pero gracias. —Contestó con educación. Jenna se retractó antes de decir lo que sea que fuese a contestar, simplemente se encogió de hombros y nos miró a nosotros.

—Porque si no acabaseis de llegar, habíais estado antes en mi bar y vendríais borrachos ya. —Contestó a mi pregunta apoyándose sobre la barra. —¿Estáis aquí porque la vida y la fiesta de este sitio os ha llamado?

—Estamos aquí por asuntos serios esta vez. —Contestó Álex.

—Pero eso no nos quitará una noche de diversión Jenna. No te preocupes, volveremos a venir a verte. —Insinuó Marcos.

—Veo que tenéis distintos fines. —Alzó sus cejas con curiosidad. —¿Y tú de parte de quién estás? —Me preguntó. Sinceramente no estaba de parte de ninguno, ahora mismo no tenía muy claro que hacer. Mi prioridad obviamente era encontrar a Ana y más me valía que esta ciudad no me corrompiese. —Vaya... —Añadió sorprendida. —Tienes planes diferentes.

Todas las cabezas se giraron hacía mí y me miraban sorprendidos, confusos y curiosos. Jenna siempre tuvo ese poder de complicarle las cosas a las demás personas. Desde que la conocí siempre supo todo de todos, no sé si es debido a que la gente se sincera demasiado cuando bebe chupitos o es que ella tiene un don de telequinesis. Es imposible que se meta en cada cabeza y pensamientos íntimos de las personas.

—Todos queremos lo mismo. —Carraspeé.

—Pero tú tienes unos planes diferentes. Piensas ir por libre, ¿verdad? —Dijo con una sonrisa pedante y elevando una de sus cejas.

Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora