Los rayos de luz iluminaban mi rostro. Realmente me sentía hermosa, jamás había estado tan nerviosa tanto que no paraba de mover las manos y mirar el reloj.
-¿No te molesta el sol?- pregunto mi hermana, la ignoré - ¿Quieres que la cierre? – volvió a preguntar, solo miraba el reloj. Sentí que se levantó del sofá y caminó hasta estar frente a mí. -¿Qué es lo que te pasa? Parece que fuera a venir un alíen y no quieres que te note. – soltó estresada por mi forma de ignorarla.
-¿Puedes moverte? No puedo ver el reloj. – dije
-No, hasta que me expliques que es lo que sucede. – dijo. Suspiré y solté una pequeña lágrima.
-Es… es Luke. – Dije, asintió– discutimos y se puede decir que terminamos. – frunció el ceño, lo noté y seguí hablando – eso paso hace días y decidimos hablar, le dije que lo esperaría en casa pero que solo tenía límite hasta las 8.
-Sonara raro pero no entiendo, ¿por qué tiene que venir? – dijo tomando asiento a mi lado.
-si lo hace, significa que aún podemos salvar nuestra relación. –dije y entonces el ruido del reloj nos hizo voltear, este marcaba las 8 pm. –Pero creo que ahora eso ya no es posible ¿cierto? – solté una pequeña risa y asintió. –Subiré a mi habitación.- ella asintió. Empecé a subir las escaleras
-¿Estas segura que estas bien? – dijo.
¿Cómo podía estar bien? Acababa de perder al amor de mi vida y no podía recuperarlo. Luke fue el chico con él cual compartí mi primer beso, mi primera vez y mi primer amor. Llevábamos juntos tres años, tres hermosos y perfectos años.
-Segura – mentí y camine hasta mi cuarto. Me introduje dentro de él y encendí la luz.
-Hola – dijo Luke.
-¿Qué te ocurre? ¿Cómo entraste? – pregunté al verlo en mi habitación ¿Cuánto tiempo llevaba aquí?
-Por el balcón –dijo él
-¿Qué haces aquí? Creí que… - comencé a hablar pero él me interrumpió.
-No puedo dejarte ir, eres la chica de mis sueños, creí que sería muy romántico subir hasta tu balcón y verte pero cuando entre no había nadie, pensé que no estabas en casa y cuando fueron las ocho no me atreví a salir. Solo quiero que sepas, que te amo, demasiado para ser honestos, digo, eres mi mejor amiga, mi alma gemela ____, estamos hechos el uno para el otro. Entiendes lo que digo, no sé cómo explicarte que… - lo bese antes de que terminara. – No te quiero perder. – dijo al finalizar el besó.
-Nunca lo hiciste.- dije besando esos labios tan perfectos que siempre serían míos.