Capítulo 4

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El centro de la ciudad se está preparando para la hermosa feria malagueña. Gente de todos los rincones y de todos los idiomas se reúnen para disfrutar de una semana llena de música, espectáculos de todo tipo y para todas las edades, convirtiendo las noches en una auténtica fiesta andaluza.

Quedan tan solo unos días para tener abarrotadas cada una de las calles de la ciudad. Aprovechando el buen tiempo y que es sábado, la gente disfruta de las terrazas y el vino fresco de la región, así que intentamos hacernos paso entre la muchedumbre para llegar a nuestro destino. Al llegar nos esperan nuestros amigos que ya tienen sitio para todos. Después de largos saludos, pedimos nuestras bebidas y algo fresco para picotear. Me fijo en la hora, aún es temprano e Isabella todavía no hace acto de presencia. Le robo el móvil a Juan y aprovecho para enviarle un mensaje a ella en mi nombre, preguntándole si nos acompañara esta noche, al cual responde inmediatamente que sí, aunque un poco más tarde.

Rato después, entre copas y tapas deliciosas, decidimos movernos e irnos a seguir de copeo. Recorreremos los bares de la zona hasta que decidamos quedarnos en uno todo lo que queda de noche. Después de copas y diferentes bares, hacemos lo prometido quedándonos en un bar con una música deliciosa. Han pasado ya dos horas desde que Isabella respondió a mi mensaje, pero aún no sabemos nada de ella así que decido enviarle de nuevo otro mensaje diciéndole donde nos encontramos para que llegue directamente a nuestro encuentro.

Tan solo una hora después, nos acompaña en el bar. Las presentaciones son hechas y los saludos calurosos son dados. Ella como siempre esta preciosa, con un vestido corto azul y obviamente tacones de vértigo. Melena al viento, exquisitamente maquillada, intentando por supuesto cautivar

- ¡perdonar chicos por no llegar antes, tenía que terminar de ensayar la coreografía que he preparado para mi audición! - dice mientras le pide al camarero una copa

- ¡tranquila, ya estás aquí! - contesta Juan

- ¡ya nos dejaras ver esa coreografía, seguro que es espectacular! - digo mientras chocamos nuestras copas en señal de triunfo.

Las conversaciones van y vienen, risas se escuchan, copas se terminan, bailes se disfrutan. Es así como pasan las horas entre amigos. Isabella se encuentra cómoda, se deleita entre la música y la bebida, es una más del grupo y eso me complace en gran medida. Observo atentamente como juan se acerca a ella, se nota la complicidad entre los dos, el trato es obviamente cercano.

A medida que avanza la noche, quedamos tan solo un reducido grupo con ganas de más fiesta. Siguen llegando las copas y cada uno disfruta a su manera. Me olvido completamente ya de Juan e Isabella, centrándome en mis amigos, riendo y revoloteando por el bar. Ellos continúan con su acercamiento, así que salen a la pista a bailar, seguidamente los demás nos unimos a ellos, manteniendo las distancias. Como era de esperarse, la experta bailarina nos entrega su mejor repertorio, contoneándose vivazmente cerca de mi novio, sin vergüenza ni remordimiento. Sonrió al ver la cara de él, disfrutando como un tonto de cada uno de los movimientos que su bailarina particular le entrega.

Decido sentarme y tomar otra copa, esta vez no pierdo contacto con ellos en la pista de baile. Tengo un sentimiento de haber vivido esto antes, pero no entiendo el porqué, puede ser porque muchas veces la he visto bailar y tengo grabados sus movimientos. De repente ante un movimiento que da, me vuelve a la cabeza él porque del sentimiento

- ¡es ella! - digo sosteniendo la copa. Por fin recordaba de donde conocía a esa preciosa pelirroja, porque me encantaba y el porqué de este sentimiento, Mi cabeza se llena de fragmentos de aquella noche increíble donde la conocí

Cuestión De Lujuria III : IsabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora