Capitulo cinco

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24 septiembre.

Ya hace un mes que se murió Peter, hace un mes que no lo veo, su sonrisa, su mirada, su todo.

Me voy a clase y me tropiezo con un escalón.
Un chico me ve y me ayuda a levantarme.
-¿Estas bien?
-Si, gracias.-respondo.
Me mira a los ojos son verde claro, su pelo es rubio y corto.
-Soy Owen.
-Hola, soy Molly.
Me pongo muy nerviosa.
-Es mejor que me vaya.-le digo.
-Te veo luego.
Le sonrió y subo corriendo las escaleras.
Tras horas de clase me voy a mi habitación y encuentro una nota en mi puerta.
"¿Quieres ir a comer algo?
Si aceptas te veo en cinco minutos en el campus"

No sé quién pueda ser, ni sé dónde consiguió mi habitación pero tengo hambre.
Dejo mis libros en la cama y me voy corriendo.
Llegó al campus y veo a osen sentado. Me sonríe.
-Llegaste.
-Si.
-Vamos.
-¿A dónde?
-Ya lo verás.
Lo sigo por un camino que nunca antes había visto.
Llegamos y hay un picnic preparado.
-Owen...
-Ven siéntate.
Me está dando un poco de miedo.
Se acerca para besarme, y me aparto.
-Owen no.
-¿Qué pasa niñita te doy miedo?
-No me llames niñita.
Le doy un puñetazo en la panza y salgo corriendo a mi habitación.
No puedo creer que haya hecho esto.
Me recuesto y me quedo dormida.

25 septiembre.

Me preparo para ir a clases.
Veo a Owen en el campus, aunque trato de evitarlo me encuentra.
-Molly.
-Déjame en paz.
-No Molly espera.
Me toma del brazo e intentó forcejear. No soy ni el doble de fuerte que el.
-Que me dejes.-grito.
Me jala y yo forcejeo.
-Que la dejes ¿no estás escuchando?-grita alguien por detrás.
Caigo y me golpeó la cabeza, sólo alcanzo a ver cómo alguien le pega a Owen y me desmayo.

Despierto en una habitación.
-No no te levantes.
-¿Qui...quién eres?
-No te preocupes, estás a salvo.
Me duele la cabeza y tengo mucha hambre.
-Toma.-me dice y me da un plato de sopa.
-Gracias.
Me siento y comienzo a comer.
-¿Cómo te llamas?-dice.
-Molly Wood.
-James Anderson.
-¿Qué pasó?
Me explico todo.
-Y eso fue todo.
-Gracias, es hora de irme.
-Te llevo a tu habitación.
-No, estaré bien gracias.
-En serio solo para estar seguro que estás bien.
Asiento con la cabeza.
Es guapo. Su pelo es muy negro y sus ojos son como un color miel. Es muy alto.

-Gracias.
-¿Quieres desayunar mañana?
-Claro.
-Adiós.
Cierro la puerta y me muerdo el labio.
No puedo dejar de pensar en el.
Me quedo dormida, sueño con el.

La lluvia perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora