Domingo. Mayo 22, 2016.

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El verano estaba a punto de llegar y eso, para todos, implicaba demasiadas cosas. Estaban a la mitad de las promociones de su primer álbum completo, a días de su primer aniversario desde el debut, muy cerca de su primer gira por Asia, y bastante cerca también de su próximo comeback. Apenas si podían comer, rara vez podían dormir de noche y cuando se miraban unos a otros era para corregir errores en los ensayos o para asegurarse de que continuaban despiertos; era una locura para todos pero los líderes de las unidades cargaban con el mayor peso, pues después de todo eran responsables de cada error en la misma medida que recibían palmadas en el hombro con sus triunfos.

Jihoon sabía que no era el único con insomnio aquella noche. A pesar de pasar cada día corriendo de un lado para otro, cuando les tocaba descansar rara vez podía pegar los párpados; faltaban arreglos, debían ensayar, debía continuar escribiendo, debía haber pasado la noche en su estudio pero SeungCheol prácticamente lo había obligado a ir a la cama. SeungCheol. Sabía que tampoco podía dormir porque estaba escuchándole respirar y su respiración la conocía a la perfección. Cuando estaba nervioso, asustado, preocupado, excitado. Lo conocía mejor que a nadie. Sus camas estaban separadas únicamente por un pequeño buró sobre el que descansaban sus teléfonos, una lámpara y botellas de agua vacías y a pesar de que ambos se daban la espalda era imposible ignorarse igual que siempre.

A decir verdad Jihoon no estaba seguro del todo sobre lo que había ocurrido entre ellos. Antes del debut, mucho antes del debut, Cheol le había dicho que él tenía su corazón y Jihoon, entre murmullos, le había correspondido. Le besaba en el baño, tomaba su mano en público, dormía en su cama una vez a la semana, abrazándole tan fuerte que apenas si podía moverse durante la noche. Compartían ropa, sus comidas, listas de reproducción. Todos en el equipo y en el staff eran conscientes de que ambos estaban juntos a pesar de que nadie hablaba de ello (y de que probablemente no muchos lo encontraban agradable). Si el más bajo de todos estaba seguro de alguien era de su líder, y si de algo estaba cien por ciento seguro era de lo mucho que le quería y de cuánto le necesitaba para esforzarse más y ser mejor, pero de la noche a la mañana todo eso había cambiado.

En realidad no habían terminado pero las conversaciones sobre lo que harían juntos en sus días libres eran ahora charlas serias sobre canciones nuevas o sobre eventos próximos. Los besos que se robaban en secreto se habían sustituido por notas que apresuradamente se pasaban para informarse de los progresos que se hacían. Sus risas juntos eran efímeras y la mayor parte del tiempo las compartían con el resto su grupo. Habían dejado de discutir sobre lo mucho que Cheol miraba a alguien más o sobre Jihoon dejándose consentir por otros y habían comenzado a discutir exclusivamente sobre lo que se haría o no en escenario. Ocasionalmente, en especial cuando las cosas no marchaban acorde al plan, el líder le tomaba de la mano, entrelazaba sus dedos y los apretaba con fuerza, como si con eso se hiciera más fuerte o como si eso lograra que sus pies se mantuvieran en el suelo (como al productor le ocurría) pero le soltaba diez segundos después y ni siquiera le miraba.

No era que Jihoon estuviese confundido, él estaba seguro de lo que sentía pero ¿y si para Cheol las cosas habían cambiado? Tuvo que frotarse los ojos con la manga de la playera que usaba para dormir. Llorar no era algo que disfrutara pero aparentemente en los últimos días le había sido difícil contenerse, aunque ésta noche no era de frustración, de rabia o de alivio, era por él.

- Imbécil-. Se escuchó murmurar antes de poder detener su voz. En algún punto dentro de sus cavilaciones había girado su cuerpo y ahora sus ojos se fijaban en la nuca del de mayor edad que con su voz se había tensado un poco. Sonrió para sí mismo antes de mordisquearse los labios. Le quemaban las manos, los labios y el pecho por él pero su orgullo era demasiado grande como para levantarse e ir a pedirle un abrazo. Aún así le conocía demasiado bien, y si el rapero se sentía igual, entendería sus señales.

Suspiró asegurándose de ser escandaloso al hacerlo. Chasqueó su lengua fingiendo fastidio y se incorporó de golpe, mirando de reojo la cama de al lado pero no obtuvo respuesta; su ceño se frunció. Ni siquiera una mirada. Realmente frustrado se dejó caer sobre el colchón y carraspeó. (...) Nada. Ni siquiera un cambio en su falsa respiración tranquila. Tal vez solo era él. Tal vez para SeungCheol sí habían terminado ya. Sin quererlo, de manera inconsciente sus dos comisuras se curvaron hacia abajo y tuvo que darle la espalda por si acaso se le ocurría voltear. Su rostro lo cubrió con las manos porque se sentía avergonzado y le punzaba el pecho de una manera realmente fastidiosa. Niño estúpido, inmaduro, débil e iluso.

No estuvo seguro de cuantos segundos transcurrieron o de si fueron horas. Bordeaba los límites del sueño cuando le sintió, y a pesar de que le había sorprendido no respingó porque los brazos que con cuidado le rodearon el cuerpo los conocía a la perfección. En un rincón de su mente pensó en resistirse y correrlo de ahí, que sintiera la angustia que le había hecho pasar cuando le hizo esperar pero la realidad era que lo había necesitado demasiado por lo que cedió, y removió suavemente su cuerpo para que le abrazara con más fuerza y para que no hubiera ni un centímetro separándoles. Se le escapó un suspiro y sus músculos comenzaron a relajarse. Nadie conocía esa faceta de Jihoon, nadie salvo el hombre que estaba sosteniéndole, claro. Sus grandes manos comenzaron a acariciarle el cabello ahora castaño, y le bastó estirarse un poco para que los labios del líder tocaran la mejilla de su compositor.

- Tardaste demasiado-. Le murmuró el de menor edad, y como respuesta obtuvo una agradable risa, tan queda que estaba seguro de haber sido el único en el mundo en escucharla.

- Quería hacerme desear... broma-. Añadió apresuradamente, pues el joven ya estaba flexionando su brazo para asestar un codazo en su riñón pero detuvo, chasqueó la lengua y se tragó sus quejas cuando su cuerpo fue envuelto con mucha más fuerza. -Quédate aquí-. Murmuró el de cabellos negros, y Jihoon supo que no se refería únicamente a aquella noche ni a aquel lugar. Solo asintió, y una de sus manos buscó otra de las más grandes para poder enlazar sus dedos con necesidad.

Más tarde tal vez las cosas volverían a ser como ya eran habituales y ellos dos apenas si se mirarían, pero le bastaba saber que no era el único que le había añorado para respirar con normalidad un año más.

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Por puro amor a ellos💖.

Midnight {JiCheol} OS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora