38. Un Regreso

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Era media tarde del 28 de diciembre, Severus leía un libro que parecía demasiado común para ser de magia, sobre una mesa había un ramo de flores blancas en un florero que destacaban por encima de la decoración sobria y obscura, en un momento de distracción el mago vio las flores un poco decaídas, se puso de pie calmadamente y de la cocina regresó con una botella de vodka.

Vertió un pequeño chorro del licor en el florero y luego miró las flores nuevamente.

-Soy pésimo para esto –se dijo.

Regresó a lo que estaba, "Tristán Tzara" eran las únicas palabras que se distinguían en la cubierta del libro. Era divertido leerlo, divertido y complejo, porque no tenía coherencia alguna.

Más tarde, cansado de su lectura dejó el libro de lado, suspiró y vio el sol para hacerse una idea de la hora, pero no necesitó que el sol se lo dijera, su estómago exigía comida. En la cocina no había mucho pero era suficiente.

Estaba a punto de levantar la varita para que algo decente de comer se preparara cuando tocaron a su puerta. No recibía muchas visitas, seguro era Albus Dumbledore, ahora que estaba retirado tenía mucho tiempo libre, alistándose para su muerte, que sabiamente sabía próxima.

Fue a abrir calmadamente, antes de tener de frente a la persona que tocaba a su puerta comenzó...

-Sí Albus, Hogwarts está... -pausó abruptamente –bien-. Terminó su frase.

No era Albus Dumbledore quien tocaba a su puerta, no era nadie a quien esperaba ver, era tan sólo la persona a quien deseaba ver desde hacía más de un año, desde que se fue y lo había dejado desolado. Era Audrey Svevo quien con sonrisa tímida y radiante lo saludaba.

-Regresaste... -por un segundo, Severus creyó que era un sueño.

-Regresé –ella sonrió y encogió los hombros.

Ambos ingresaron al apartamento y se sentaron en la sala de estar, un silencio enrarecido se produjo, no era incómodo porque definitivamente era mejor que cualquier cosa que tuvieran que decirse, pero era inquietante. Ambos, aunque no estaban dispuestos a demostrarlo, estaban ansiosos por lanzarse a los brazos del otro y besarse.

-¿Flores? –expresó Audrey rompiendo el silencio.

-Sí –él cabeceó serio y neutral –las cuido al modo muggle, es de lo más difícil.

-¿Tristán Tzara? –después ella dijo al ver el libro sobre una mesa.

-Sí –él mantenía la ecuanimidad –un autor difícil –pausó –los muggles son...

-Complicados –ella completó la frase.

-Eso.

El silencio se hizo nuevamente, había demasiado de qué hablar. ¿Por qué había regresado?

Se miraron, habían cambiado muy poco, ella radiante y escandalosa, él vestido de negro y serio, eran los mismos de siempre, casi los mismos, ahora ya no se tenían el uno al otro, una pérdida injusta para él, seguramente la chica tenía un nuevo novio francés que encantaba a su familia.

-¿Qué haces en Londres? –finalmente él decidió preguntar.

-Vine por pocos días –ella sonrió –no estaba en mis planes, alguien me insistió, quería que le mostrara la ciudad.

Él cabeceó, "alguien"... -¿Quién?

Ella rió –no cambias, igual de celoso...

-¿Entonces no me dirás?

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⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

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Un Moment Pour Toujour creado por Sufjan TweedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora