Ingenua niña,
huye de lobos,
corre por no ser devorada,
sin embargo es engullida por sus pensamientos,
se siente observada,
las miradas de aquellas oscuras esquinas la aterran.
Ingenua niña,
con ojos sin sueño se lava,
y al salir de la bañera,
encuentra una mirada distinta,
esta no aterra, pero quema.
Oscura mirada con ojos de simpatía,
simpatía difuminada,
en un sin fin de belleza abstracta.