Mientras Wade estaba sentado en la orilla de la cama de Peter, éste estaba arrodillado entre sus piernas, con el botiquín de emergencias al lado, curándole las pocas pero notables heridas de la cara.
Wade le explicó con pelos y señales de lo que trataba su trabajo, mientras que Peter sólo asentía o negaba con la cabeza dependiendo de lo que iba contando. El más pequeño intentó no hacer ningún comentario cuando el mercenario nombró a Spiderman, una vez más, no quería que le descubriera.
La cosa se estaba poniendo tensa. Estaban demasiado pegados el uno al otro y no sabían todavía si eso era bueno o malo. No les dio tiempo a averiguarlo porque escucharon las llaves de May abriendo la puerta principal, por lo que Wade tuvo que arreglárselas para salir por la ventana sin morir en el intento.
Ya había pasado una semana desde entonces, una semana en la que Wade se había pasado por el trabajo de Peter a la hora de irse a casa alegando que había llegado allí por casualidad y Peter fingía creerle. Debido a las duras advertencias de la tía de Peter, Wade dejó de esperar al chico en la puerta de su casa sin avisar, por lo que Wade, bastante desesperado buscó la tarjeta que Peter le había dado con su número de teléfono. A Peter le llegaban mensajes de texto en los que ponía " Estoy en el local, ¿quieres venir?" Cuando Peter llegaba, Wade, un poco nervioso, le decía que tenía el móvil en el bolsillo trasero del pantalón y que al sentarse el móvil se había desbloqueado y había escrito el mensaje sin querer y que también se había enviado sin querer. Comadreja negaba con la cabeza ante semejante escusa de mierda y Peter sólo volvía a fingir que le creía mientras se reía.
Todo cambió cuando llegó el lunes de la semana siguiente, Wade estaba en el local sentado en la barra esperando a que Comadreja le atendiera, entonces vio entrar por la puerta a aquel hombrecillo con el que había tenido ese encuentro tan desagradable en el baño. El hombre, al verlo, le sonrió y se sentó en una mesa. Wade, sin pensárselo dos veces, fue hacia él.
-¿Qué haces aquí? -preguntó antes de sentarse en la silla de delante de él para encararlo.
-Muy buenas tardes, señor Willson. -respondió el hombre apoyando su barbilla en sus manos- ¿hoy no le acompaña el joven de la otra vez? Parecí-
No le dio tiempo a acabar ya que Wade se levantó cogiéndolo por el cuello de la camisa. Algunos hombres que estaban al rededor se giraron para ver qué pasaba, pero tampoco prestaron mucha atención ya que cosas como esa eran bastante normales en aquel sitio.
-¿Qué coño te pasa con Peter? -preguntó haciendo más fuerza al agarre.
-No me pasa nada con su joven -dijo el hombre quitándose a Wade de encima- sólo estoy aquí para saber si pensó en aquella conversación tan interesante que tuvimos en el lavabo la otra vez.
Wade bastante enfadado iba a abrir la boca para replicar, pero no le dio tiempo porque el hombre se le adelantó.
-No quiero que piense que soy su enemigo, señor Willson, ya verá como dentro de un tiempo lo verá de otra forma. -y nada más acabó de hablar se levantó y se fue, dejando a Wade con la palabra en la boca.
-¿Quién es ese tío? -preguntó Comadreja llegando a su lado.
-Déjame en paz. -contestó Wade sin prestar demasiada atención a su amigo, yéndose al fondo del local.
Por otro lado Peter acaba de salir del trabajo, intentó no darle mucha importancia al no ver a Wade allí. Echó a andar hacia su casa, revisando el móvil por si tenía algún mensaje de él, pero no, nada, no había absolutamente nada.
Empezó a andar más rápido manteniendo un rayito de esperanza de que a lo mejor estuviera esperándolo en la puerta de su casa, aunque lo veía un poco imposible.
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Everything is red ||Spideypool||
Fanfiction"Perdóname, mi vida, por creer que quererte sería suficiente"