Prólogo

228 14 2
                                    

Bueno, dejenmen presentarme...

...Hola, mi nombre es Alejandra, Alejandra Lerman. Tengo 17 años de edad. Actualmente vivo en Canadá, antes vivía en Latinoamerica, pero bueno, ya saben, economía, empleo, mejor estabilidad, comodidad, y muchas cosas más que le metieron en la mente a mis padres para tenerlos en la región norte de América creando dinero para sus jefes. Mis padres son un tipo de equipo. Mi padre es arquitecto, uno de los mejores; mi madre es la vicepresidente de una gran empresa, algo así como bienes raíces. Yo, bueno pues yo soy estudiante, aspiro a salir del negocio "familiar". Quiero trabajar en astronomía, o quizá en robótica, tal vez en algo que me prometa no aburrirme en el futuro, aún no me decido.

Llegué a Canadá cuando tenía 15 años, hace 2 años, no suena mucho, para mí es mucho. En realidad me encanta Canadá, la gente es muy amable y tiene muchos lugares turísticos. Exactamente vivo en Ontario, cerca de Perking. En cuanto llegué a Canadá me sentía perdida en el instituto, de hecho me sentía torpe. Todos los días hacía unas grandes estupides. Como la vez que caí de boca en la entrada, o la vez que hablé en español en frente de toda la clase, todos se quedaron con caras de no entender de que hablaba, fue inconciente, pero que esperaban de una latína? No iba a dejar de hablar español por toda la vida. También recuerdo la vez que no pronuncie una palabra correctamente en inglés, y al parecer dije algo malo porque me mandaron a la dirección. Ya deben de ir entendiendo más o menos a lo que le refiero con "grandes estupideces".

Un día estaba sentada sola en una banca, en realidad me veía depresiva, solo estaba escuchando música y haciendo las tareas. Entonces se me acercó una chica, más bien una chiquilla de unos 13 años, rápidamente la reconocí, pero no iba a hacer un escandalo por acabar de ver a la hermana de mi ídolo. Tampoco es que lo iba a ocultar. Dentro de poco eramos amigas, un poco más y eramos muy buenas amigas, y hoy día mejores amigas.

Ella sabía lo tanto que quería conocer a su hermano. Pero ya saben lo difícil de la vida de los cantantes, implica giras, tour world, entrevistas, y otras muchas cosas más en que usar el tiempo. Cada vez que Shawn llegaba a Canadá Aaliyah me pedía que la acompañara a su casa, pero yo no me atrevía, además de la posibilidad de desmayarme, también creía que el tiempo que estaba con su familia era especial y no quería incomodarlo. Por cierto, hay un dicho que dice "tanto está la gota en la roca hasta que hace un agujero", pues digamos que Aaliyah fue la gota, mañana al salir del indtituto voy a conocer a Shawn Mendes, a ver que pasa.

El Chico Perfecto: Tres Palabras Vacías - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora