Capítulo 4

10 0 0
                                    

Después de convencer a Jaime de que lo mejor era llamar a la policia, este cedió y a los minutos la policía se encontraba rodeando la casa. A Jaime le costó mucho superar la muerte de Allison, pero al pasar los días tuvo otras prioridades: encontrar al culpable. Jaime, desesperado, culpaba a todos; incluso en un momento, creyó que yo era el responsable, inventándose razones muy tontas y sin sentido. Esto provocó un distanciamiento entre ambos, pero cuando volvió a entrar en razón, volvimos a ser amigos.

Por más que la policía investigara, no lograban dar con el nombre del sujeto que cometió el homicidio. No habían testigos, huellas dactilares o alguna pertenencia del homicida en la escena del crimen. Todo indicaba que el asesino había actuado con un cuidado excepcional, para no dejar rastros y asi no dar lugar a investigaciones que podrían terminar descubriéndolo.

Pasaban los días y nada. Cada vez que nos acercábamos a preguntar, la policía nos respondía que estaban en proceso de investigación, no tenían nada concreto. Finalmente, un día, nos llamaron de la comisaría. Lo tenían.

Historia de un desquiciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora