Relativo

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Primero, vengo con un nuevo micro cuento, espero que les guste mucho, va con harto cariño. Es relatado por parte de Ji Yong. 

Además, sé por aquí que Alma está de cumpleaños. Espero que te guste, un pequeño detalle. Feliz cumpleaños. <3 

Disfruten.^^



Relativo.

Estoy a cinco kilómetros, un bus y tres calles de ayudarte a remodelar todos los muebles italianos de tu villa. Mira, si hasta esa manía tuya me encanta. Tenías esa mirada perdida de cachorro en la lluvia viendo las amadas sillas mientras yo de estúpido atrás te acompañaba en tu décima compra.

Estoy a tres pasos de agarrar el computador y psicopatear todo internet viendo fotos tuyas un lunes a las 3 am porque no tengo nada más que hacer, porque ignoré todos los prospectos de pretendientes que tenía, porque eran feos, porque no tenían el mismo estilo que tú o simplemente no le gustaban el montón de sillas que tenía en mi casa.

Estoy a un desbloqueo de llamarte por celular para preguntarte qué estás haciendo y si quieres que nos veamos. No, si no estoy desesperado. Es solamente la necesidad jodida de tener que verte para sentir que respiro. Pero tranqui, todo bajo control. Incluso puedo ordenarte de mayor a menor todos los Bearbricks en tiempo récord sin ponerme nervioso.

Estoy a una decisión de decirte que podemos ser 'follamigos', en un intento desesperado por declararme sin que lo sepas. Indirectamente. Quizás así, en el vaivén de la noche me digas "te quiero" como forma de terminar el encuentro.

Estoy a un taxi y diez pasos de ir al museo y pasar a tu lado de forma 'casual' mientras miras por enésima vez el cuadro de rallas de pintura que tanto te gusta. Que por cierto, no sé ni qué significan. Sólo rallas de colores en todas direcciones, pero las miras con tanta fascinación que me dan ganas de comprar el maldito cuadro.

Estoy a cinco conciertos y tres fametings de vomitar información con respecto a mis sentimientos. ¿Cómo mierda mirarte y no decir que te ves guapo? Es como si pusieras dinamita por donde caminas y esperaras que yo no explote caminando tras de ti. Hasta en tu forma de matarme inconscientemente eres brutal. Todo lo que provocas es brutal.

Estoy a quince borracheras con mis amigos 'problemáticos' –que por cierto no te caen nada bien- de poder dejar de ser la humillación. Porque claro, no es cool cuando tus amigos te molestan diciendo que eres el friendzoneado del grupo.

Estoy a 9 cortos de tequila y cinco vasos de vodka de borrarte de mi mente aunque sean 10 horas. Las que me demore en reponerme de la resaca al otro día.

Estoy a 3 pasos de coger con un desconocido para olvidarme del maravilloso orgasmo que sentí sólo con tocarme mirando tu foto. No es que sea enfermo, las necesidades biológicas van primero.

Estoy a 8 clases de Yoga y 6 de masajes corporales de bajar el estrés que me provoca contener mis impulsos locos de ir y comerte la maldita boca mientras te grito en la cara que estoy jodidamente enamorado.

Estoy a dos canciones de dedicarte mi amor eterno incondicionalmente sin que te des cuenta. Porque hasta eso hago, dedicarte canciones hormonales llenas de mensajes cursis que puedan declarar mi amor frustrado dedicado a ti. Pero eres tan imbécil que hasta cantas la canción y ni puta idea de que es para ti. No si no eres tonto... un poco lento quizá.

Estoy a cuatro sesiones con el psicólogo de aceptar que no eres sólo un capricho, sino más bien enamoramiento, lo que más me temía, porque lo último que quería era enamorarme como quinceañero precoz en busca de paseos por los prados una tarde de primavera. Heavy.

Estoy a un grito de mandarte a la mierda porque no te das cuenta, luego recuerdo que te estoy haciendo la ley del hielo, de la que tampoco tienes idea.

Estoy a punto de cumplir 29 años y... casi 9 enamorado de ti... el tiempo es relativo, siento que llevo una eternidad. Estoy a tres meses de hacerme más viejo, ojalá que llegues a mi casa, con un regalo en la mano y me digas que me amas.

Ámame, porque fuimos vecinos desde los tres años y te defendí de los matones cuando te dijeron gordito. Ámame, porque te dejé que te burlaras de mí cuando me saqué la madre por las escaleras el primer día de clases. Ámame, porque te ayudé a entrar en la industria de la música cuando no querían aceptarte. Ámame, porque te regale tu figurita favorita para tu cumpleaños 26. Ámame, porque te conozco más que tu mamá. Ámame, por último porque no te grité cuando vomitaste el Lamborgini un día de fiesta en donde estabas muerto de ebrio y tuve que cargarte como saco de papas hasta tu casa.

-¿En qué piensas?

Me sonríes brillantemente. Como se nota que no tienes ni puta idea de lo que provocas con tus malditos dientes blancos y los hoyuelos que se dibujan a los lados adornando tu sonrisa.

-En ti –digo mirando al horizonte. –Mierda, ¿lo dije en voz alta?

-Eso creo –te reíste y despeinaste mi cabello, luego sin esperarlo besaste mi mejilla y te pusiste de pie. –Te pusiste rojo. Eres adorable, Ji Yong. –Comenzaste a caminar y te giraste un momento. –Sólo para que sepas, también me gustas.

Juro que estoy a tres segundos de un ataque al corazón producto de la impresión, las malditas mariposas y la emoción.  

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