Let him go / Yoonmin

Una parte de ti.

- No puedo sin ti- susurraba entre sollozos el chico de mejillas regordetes.
Por qué lo había dejado, sí prometieron un para siempre y ese siempre fue el más corto del que jamás hubiese escuchado.
Secó sus lagrimas con los puños de su chaleco y se dispuso a atender a unos pequeños que habían ingresado saltando y jugueteando junto a sus padres.

-yo quiero ese rosado- decía la pequeña de coletas pegando su rostro contra el mostrador.

-yo aquel que tiene forma de camión- chillaba un pequeño niño mientras jalaba el traje de su padre.

-queremos llevar esos dos- terminó diciendo.

- ¿Para llevar señor?-preguntó.

- Si por favor- afirmó el hombre de traje.

- Recuérdame porque quise tener hijos- decía la mujer junto al hombre, mientras los niños jalaban de su vestido.

-por qué  me amas y son una pequeña parte de nosotros, podría haber algo más  perfecto en este mundo?- le respondió mientras besaba delicadamente du frente.

Park jimin no podía evitar sentirse emocionado con aquella escena, en algún momento había amado de tal manera, que haber tenido un trocito de ambos en este mundo del cual aferrarse le parecía perfecto.

-aquí tienen- dijo entregando una bella cajita con los pasteles, mientras escuchaba la campanilla de entrada sonar anunciando que otro cliente había llegado.

-Vaya jiminie no creí que lo harías estoy orgulloso de ti- decía un esbelto chico de sonrisa rectangular.

- Hey tae que te trae por acá- respondió el más bajo.

-Pues vine a ver como se encontraba mi querido amigo después de todo este tiempo, al fin saliste de tu encierro- bufo.

-Si le hice una promesa- dijo mirando el suelo- no podía fallarle.

- Dudo que a el le agrade verte así de destruido chim chim- apenas terminó de decir aquel sobrenombre jimin se largo a llorar desconsoladamente.

El alto chico lo rodeo entre sus brazos y  susurró- Todo estará bien jiminie, el siempre estará a tu lado.

Esta escena era observada por el pálido chico de cabello gris desde la entrada, llevaba el paraguas y el pañuelo que le había entregado el día anterior. Por alguna razón una vez que llego a su apartamento tras verlo llorar sobre el mostrador, pensó que tal vez el pequeño chico necesitaba mas de aquel pañuelo que el.