Yesung se encontraba dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Hacía un par de horas que habían regresado al piso y nada más entrar en la casa, Kyuhyun se encerró en su cuarto, dejándole sin saber qué hacer en el salón. Al final después de un funesto intento por hacer salir al chico de su cuarto para que comiese algo, pues tampoco había cenado, decidió acostarse otra vez, ya que la "huída" del chico le había hecho levantarse de la cama una vez ya estaba en ella. ¿De veras creía el chaval que podía salir de casa sin que él se enterara?
Soltó una ligera risita al pensar en ello, era muy ingenuo si así lo pensaba. De hecho se había acostado con ropa de calle incluso, por si al chico se le ocurría alguna tontería.
De repente, el sonido de la puerta de enfrente a la suya le hizo incorporarse en la cama. ¿Trataba el chaval de escapar otra vez?
Se puso en pie y llegó a la puerta para tirar de ella.
―No me voy a ningún lado, puedes seguir durmiendo ―dijo Kyuhyun al oír la puerta de su guardaespaldas abrirse.
Yesung le observó recorrer el corto pasillo hasta entrar en el salón y perderle de vista. Sopesó unos segundos la recomendación del chico, pero al final anduvo por el pasillo hasta detenerse en el marco de la puerta que conectaba el pasillo con el salón, no podía permitir que intentase huir de nuevo.
Observó como Kyuhyun llegaba a la cocina y abría la nevera, rebuscando en ella hasta sacar un botellín de cerveza que tintineó al chocar con el anillo metálico que el chico llevaba antes de que echara a andar hacia la puerta de la terraza.
―Eh ―le detuvo Yesung―. Las terrazas son peligrosas.
―Pues ven y protégeme ―le espetó―, que es tu trabajo.
Yesung echó a andar hacia él cuando vio que abría la puerta.
―Yo te protejo ―afirmó―, pero tú te quedas dentro.
Kyuhyun resopló y soltó la manija de la puerta antes de darse media vuelta y sentarse en uno de los sofás. Yesung sonrió satisfecho y se dirigió a la cocina a sacar también una cerveza.
―Te he dicho que puedes irte a dormir ―le recordó al ver que se sentaba en el sofá frente a él, dándole un sorbo a su bebida.
―No me fío ―le hizo saber Yesung.
Y Kyuhyun resopló fastidiado.
Se mantuvieron largo rato en silencio, bebiendo a pequeños sorbos de sus respectivas cervezas. Cuando Yesung se la terminó, se dio cuenta que Kyuhyun había dejado la suya, también vacía, sobre la mesa de cristal que separaba ambos sofás. Se puso en pie mientras recogía la botella vacía.
―¿Quieres otra? ―le ofreció andando hacia la cocina.
―¿No hay nada más fuerte? ―preguntó.
―Oye, que tienes dieciocho años, ni siquiera deberías estar bebiendo ―le recriminó.
Kyuhyun soltó una carcajada.
―Trae algo más fuerte, anda ―le apremió.
Yesung resopló, tampoco tenía fuerzas para discutir con él. Dejó las botellas vacías sobre la encimera y abrió la nevera.
―¿Soju? ―preguntó retirando la cabeza de la nevera para mirar hacia el menor.
―Soju ―aceptó Kyuhyun.
Yesung asintió y cogió cuatro botellas y dos vasos. Cuando los dejó frente a Kyuhyun, éste le miró curioso.
―¿Pretendes emborracharme? ―preguntó.
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Desbarataste mi mundo por un golpe del destino
FanficTras la llamada de su antiguo jefe ofreciéndole un nuevo trabajo, Yesung se dirige a su encuentro con la firme intención de darle una negativa. Sin embargo, el destino caprichoso sorprende al moreno con una propuesta mucho más alentadora de lo que e...