Capítulo 8

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Y el fin de semana llegó.

Ninguno de los dos fue muy consciente de la rapidez con la que el tiempo pasaba. Al igual que tampoco fueron muy conscientes de como su relación se hizo algo más cómoda. Yesung había aprendido a levantarse temprano para que Kyuhyun no le dejara en casa cuando se fuese a la universidad y Kyuhyun se había dado cuenta que Yesung no acostumbraba a trasnochar demasiado. Yesung aprendió que a Kyuhyun no le gustaban mucho los dulces, pero sí amaba el helado y Kyuhyun aprendió que a Yesung le perdía el chocolate. Yesung se dio cuenta que a Kyuhyun le encantaban los doramas y los videojuegos y Kyuhyun descubrió que a Yesung le encantaba escuchar música y que cuando llevaba los auriculares puestos, inconscientemente, cantaba con una preciosa voz rasposa. Yesung también se había dado cuenta que Kyuhyun nunca entraba a su cuarto, por eso le sorprendió que, esa mañana de sábado, Kyuhyun llamara a su puerta bastante temprano.

Yesung salió de la cama y se acercó a la puerta para abrirla.

―¿Qué pasa? ―preguntó―. Hoy no tienes clases, ¿no? ―cuestionó al no encontrar razón al madrugón del chico.

―¿Tienes pastillas? ―preguntó Kyuhyun mirándole.

―¿Tengo pinta de camello? ―bromeó Yesung.

―Me refiero a medicamentos ―aclaró.

―¿Qué te pasa? ―preguntó un poco preocupado al ver su mala cara.

―Me va a estallar la cabeza ―confesó.

Yesung torció el gesto preocupado y elevó una mano para ponerla en su frente. Kyuhyun, sorprendido por la inesperada acción, no puedo evitar echarse hacia atrás evitando el contacto.

―Estáte quieto ―le reclamó el mayor sujetándolo de un brazo―. Sólo quiero ver si tienes fiebre ―se explicó colocando por fin su mano en su frente.

―¿Y bien? ―interrogó Kyuhyun un tanto incómodo.

―No parece que tengas ―negó―. ¿Te sientes enfermo? ―preguntó retirando su mano de la frente contraria.

―Sólo me duele la cabeza ―explicó―. ¿Tienes algo para el dolor de cabeza o no?

―Ehh... Puede... ―dijo no muy seguro―. Pasa ―le invitó a entrar apartándose de la puerta―. Voy a ver si hay algo en el baño.

Kyuhyun asintió y entró en la habitación. Yesung se metió en el cuarto de baño y Kyuhyun se quedó en medio de la habitación un tanto incómodo, mirando con curiosidad alrededor, pues no había entrado nunca en el cuarto del mayor. Algo asomando bajo la almohada de Yesung llamó su atención.

Se acercó a la cama y movió un poco la almohada hasta dejar al descubierto el objeto que había debajo. Abrió los ojos sorprendido al reconocerlo.

―Encontré algo ―informó Yesung saliendo del lavabo con una cajita de pastillas en la mano.

―¿Duermes con una pistola debajo de la almohada? ―preguntó Kyuhyun mirándolo sorprendido.

―Ah. Sí ―afirmó Yesung―. Hay que ser precavido.

―¿No crees que es exagerado? ―cuestionó el menor.

―No. No lo creo ―negó Yesung―. Ten, tómate una de estas a ver si se te pasa.

Kyuhyun cogió la cajita del medicamento y asintió saliendo al pasillo. Lo recorrió, atravesó el salón y entró en la cocina a por agua. Sacó un vaso de cristal de una de las alacenas y lo llenó con agua del grifo antes de darle un trago junto con una de las pastillas.

Desbarataste mi mundo por un golpe del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora