Capítulo 27

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De regreso a casa en el asiento trasero del coche, sentado al lado de Nichkhun, Kyuhyun no podía dejar de darle vueltas a lo que Yunho había dicho. ¿Que Yesung estaba vivo? ¿Qué estupidez era esa? ¿Cómo iba a estar vivo después de esa explosión?

Sabía que la única intención de Yunho al decirle eso era hacerle daño, recordarle la muerte de Yesung y herirle, porque Yunho había demostrado ser lo bastante retorcido como para hacer eso, pero... Algo le escamaba... ¿Y si Yunho decía la verdad? ¿Y si lo de que Yesung estaba vivo era cierto? No podía quitarse esa idea de la cabeza...

―Shindong ―llamó al chófer―. Gira a la derecha en el próximo cruce.

―¿Señorito? ―preguntó el hombre extrañado por el cambio de dirección.

―Gira a la derecha ―insistió―. Tengo que ir a comprobar algo.

Shindong obedeció y Kyuhyun le dirigió durante el resto del camino. Cuando el coche se detuvo frente a un edificio de aspecto algo dudoso, Kyuhyun oyó como el chófer bajaba los seguros de la puerta.

―Shindong, abre ―le dijo―, tengo que bajar.

―Señorito no me parece que este sea un lugar seguro...

―Pues lo fue una vez ―respondió Kyuhyun―. Abre ―insisitó―. Tengo que ir a ver algo.

Shindong al final obedeció a regañadientes. Kyuhyun bajó del coche y sus guardaespaldas le siguieron. El chico elevó la vista y miró al edificio, se veía distinto de día. Las dos veces que había visto aquella fachada habían sido de noche. La noche que Yesung le trajo allí y la noche que escapó de allí para ir al encuentro de Yunho.

Sacudió la cabeza, queriendo dejar de pensar en eso y echó a andar hacia el edificio, sus dos guardaespaldas fueron tras él. Cuando se detuvo junto a la puerta, miró al telefonillo, el cuál estaba colgando de la pared con todos los cables a la vista, torció el gesto, obviamente el aparato estaba inservible.

―¿Y ahora como entro? ―murmuró para sí mismo.

Ni tiempo tuvo de pensar en una posible solución antes de que Taecyeon pateara la puerta, abriéndola con un chasquido metálico. Kyuhyun le miró sorprendido.

―¿No quería entrar? ―preguntó.

―¿Es que vosotros lo arregláis todo a golpes? ―interrogó el menor entrando en el hall del edificio.

―Es nuestro trabajo ―respondió Nichkhun encogiéndose de hombros.

Kyuhyun rodó los ojos, no sabiendo qué contestar a eso, y echó a andar hacia la escalera. Cuando subió al tercer piso miró a ambos lados del corredor hasta que localizó la puerta del piso de Yesung. Anduvo hacia allí con los dos hombres detrás y se detuvo enfrente. Respiró hondo, repentinamente nervioso. Él sabía que Yesung no estaría ahí. Yesung estaba muerto, lo había asumido, no había dejado de doler al recordarlo, pero lo había asumido. Sabía que Yesung no estaría ahí, pero las palabras de Yunho se repetían en su cabeza... "Él está vivo".

―¿Queiere que llame? ―se ofreció Taecyeon a su lado al verlo dudar.

―No... Yo llamo ―aseguró el menor.

Elevó su mano y golpeó un par de veces con sus nudillos. Sentía su corazón latir agitadísimo en su pecho y las manos de repente le temblaban y le sudaban. Sentía su boca secarse a medida que pasaban los minutos sin que nadie abriera.

―Parece que no hay nadie ―comentó Nichkhun.

Kyuhyun elevó su mano otra vez y llamó de nuevo. Nada, varios minutos después seguía allí de pie y sin respuesta.

Desbarataste mi mundo por un golpe del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora