Tumbado en su cama, Kyuhyun llevaba más de dos horas dando vueltas sin parar, incapaz de pegar ojo. Su cabeza era un hervidero desde que Changmin le había dicho que Yesung se iba a ir del país con Kangin al día siguiente.
¿Cómo podía? ¿Cómo podía Yesung ser capaz de marcharse sin más? ¿Cómo podía irse sin siquiera hablar con él? ¿Cómo podía marcharse sin despedirse? ¿Tan poco había significado para él? ¿De veras podía marcharse así sin más? ¿En qué posición se suponía que le dejaba eso a él? Se había estado culpando durante más de tres semanas por su muerte. Se había sentido la persona más miserable del mundo cuando se dio cuenta que no lo volvería a ver jamás. Se había sumido en la más absoluta tristeza y desesperación cuando supo que Yesung ya no estaba, que jamás podría volver a estar con él. Y ahora... Ahora que se enteraba que estaba vivo, que nada de aquello había tenido razón de ser... sólo quería salir a buscarle.
¿Pero cómo? No tenía la más mínima idea de dónde se encontraba ahora. Changmin le había jurado que no sabía dónde estaba el piso al que Kangin se lo había llevado y él le creyó. Le creyó porque era capaz de ver la sinceridad en los ojos del mayor, además ¿qué ganaba Changmin ocultándoselo? Nada. No tenía ninguna razón para mentirle.
Kyuhyun resopló molesto destapándose y se llevó las manos a la cabeza, despeinándose más de lo que ya lo estaba, mientras se incorporaba en la cama. Estaba harto de aquella situación. Estaba harto de estar pensando sin poder hacer nada más. Estaba harto de rodar en la cama sin poder dormir. Así que se puso en pie y se acercó hasta la ventana de su cuarto. Fuera, la carretera estaba desierta, iluminada solamente por un par de farolas.
Se sentía atrapado en aquel lugar, las paredes se le echaban encima y se sentía como un pobre pajarillo encerrado en una jaula. Recluido en su cuarto, preso en su propia casa.
Estaba cansado de esa situación. Estaba cansado de tener que estar preocupándose por la razón por la que Yesung no había querido contactar con él. Changmin le había dicho que era porque era peligroso, pero él no se lo creía. Bueno, no del todo. Era verdad que Yunho podía ir detrás de Yesung, sí, eso lo entendía y entendía también que Yesung pudiese tener cierto temor por eso pero... Yesung no era cobarde. Él lo sabía, Yesung no se dejaría intimidar por Yunho, no era de ese tipo de personas.
Estaba convencido que si Yesung realmente se sentía amenazado por Yunho, él haría lo que fuese por enfrentarlo. Por eso, sabiendo que Yesung pensaba marcharse y que no lo hacía por Yunho, la única razón que le quedaba para su "huída" era que no quería volver a saber de él. También lo entendía, la verdad. Por su culpa tenía un mafioso peligroso persiguiéndolo que por poco casi lo mata ya una vez. No le culpaba, pero se sentía un poco herido. Realmente no había significado nada para Yesung más que una simple forma de ganar dinero con un trabajo de guardaespaldas. Sólo había sido eso, un niño rico al que debía proteger por dinero.
Suspiró. Se estaba sintiendo como una colegiala a la que dejan plantada en una cita y aquello no tenía el más mínimo sentido. No es como si Yesung y él tuviesen una relación. Sí, vale, se habían acostado. Tres veces. Pero nada más. Ellos no tenían sentimientos el uno por el otro, o al menos eso era lo que había pensado siempre. Pero ahora... ahora ya no sabía qué pensar.
Se sentía herido porque Yesung no quisiese saber más de él y eso, definitivamente, significaba algo. Algo en lo que no quería pensar en aquel momento. No quería pensar en nada. Sólo quería dejar su mente en blanco. Sólo quería salir de aquella habitación que sentía cernirse sobre él a cada minuto que pasaba.
Decidido a llevar a cabo ese pensamiento, se dio media vuelta, se calzó unas de sus deportivas y llegó hasta la puerta de la terraza de su cuarto. La abrió con cuidado, no quería hacer ruido y alertar al guardaespaldas nocturno que había fuera de su habitación.
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Desbarataste mi mundo por un golpe del destino
FanfictionTras la llamada de su antiguo jefe ofreciéndole un nuevo trabajo, Yesung se dirige a su encuentro con la firme intención de darle una negativa. Sin embargo, el destino caprichoso sorprende al moreno con una propuesta mucho más alentadora de lo que e...