―No vas a hacerle daño a Kyuhyun. No vas a hacerle nada a Kyuhyun ―le advirtió.
Yesung, tenía que dejar claro ese punto. Él ya no podía protegerlo más, debería confiar en la gente del señor Cho para ello, pero eso no le impedía tratar de convencer y de paso amenazar al pirado que tenía frente a él.
Yunho le sonrió de lado, dispuesto a responderle mordazmente, sin embargo, un estallido al otro lado de la pared, les obligó a ambos a voltear sorprendidos.
La puerta se abrió dando un sonoro portazo contra la pared, Yunho se puso en pie de golpe y llevó la mano a su espalda, dispuesto a sacar su arma. En la habitación entraron cuatro hombres armados, dos de ellos no dudaron un segundo en abalanzarse sobre Yunho, desarmarlo y sujetarlo. Yesung agarró de nuevo la navaja que había dejado clavada en el escritorio, sólo por precaución, pues ninguna de las personas que habían entrado en el cuarto parecía querer atacarle, todos los ojos estaban puestos en el moreno que en ese momento gritaba exigiendo una explicación.
Una quinta persona entró en la habitación. Un chico más o menos de la edad de Yesung, con el cabello pelirrojo, lacio y a media melena, vistiendo ropas caras y con gafas de sol.
―Yunho, ¿verdad? ―interrogó.
―¡¿Quién mierda eres?! ―reclamó el nombrado, retorciéndose en el agarre al que se encontraba sometido―. ¡Esto es una propiedad privada! ¡No puedes irrumpir así!
―Sí, sí. Lo que tú digas ―dijo el intruso haciendo un gesto con la mano, restándole importancia a sus palabras.
Echó un vistazo alrededor de la habitación y se dio cuenta de la otra persona en la estancia. Llevó sus manos hasta sus gafas y se las quitó en un rápido movimiento, enfocando su mirada en Yesung. Unos oscuros ojos abiertos enormemente por la estufeacción.
―Pero... ¿tú no estabas muerto? ―preguntó.
Yesung le miró confundido. ¿Es que acaso se conocían? No... no recordaba haber visto a ese chico antes...
―¿Eres Yesung, verdad? ―insisitió.
―Sí, soy yo ―afirmó el rubio―. ¿Quién...?
―Eso no importa ―negó el pelirrojo acercándose a él―. Verás que contento se pone Kyuhyun cuando se entere.
―¿Conoces a Kyuhyun? ―preguntó Yesung sorprendido.
―¡Oh, sí! ―afirmó―. Mejor de lo que crees ―añadió.
Espera... ¿Qué significaba aquello?
―¿Qué es esto? ―preguntó arrebatándole el sobre que tenía en la mano.
―¡Oye! ―le reclamó el rubio.
―¿Un billete a Nueva York? ―comentó―. ¿Para esta tarde? ―añadió al ver la fecha―. ¿Esto es lo que le has dado? ―preguntó mirando a Yunho―. ¿Con qué le amenazas para que se marche?
Yesung le miró sorprendido.
―¿Cómo...? ―empezó a preguntar Yunho robándole las palabras de la boca a Yesung.
Aquel desconocido parecía conocerlo todo respecto a ellos, que Yesung había estado "muerto", que Yunho le había dado el billete con amenazas...
―¿Pretendes dejar a Kyuhyun solo porque este tipo te extorsiona? ―preguntó mirando a Yesung.
―No, yo... él... tiene a un amigo mío... ―trató de explicarse ante sus reclamos.
―¿Un amigo tuyo? ―preguntó―. ¡Ah! ¿El otro muerto? ―interrogó―. ¿Cuál era su nombre? ―murmuró para si mismo―. ¡Ah, sí! ¡Kangin! ―recordó―. ¿Está vivo también?
ESTÁS LEYENDO
Desbarataste mi mundo por un golpe del destino
FanficTras la llamada de su antiguo jefe ofreciéndole un nuevo trabajo, Yesung se dirige a su encuentro con la firme intención de darle una negativa. Sin embargo, el destino caprichoso sorprende al moreno con una propuesta mucho más alentadora de lo que e...