Un poema vacío en la cafetería

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Ella estaba cortada

como una flor 

desde el

principio.


E iba 

a la cafetería 

todos los días

con diferentes 

flores en su

gabardina.


Siempre

flores marchitas, 

como ella.


Su nombre es

su nombre era;

No importa, 

se fue.


Pero en los primeros días,

cuando la conocí.

Pensé:

«No es linda»


Y era cierto,

no lo era.


Pero la belleza 

en una mujer

no es lo importante.


No puedes comer, o vivir 

con belleza;

muere con el tiempo.

Pero la persona 

vive en nuestros

recuerdos.


Los días

que hablábamos

en la cafetería,

me enseñaba

sobre belleza

muerta,

con

sus muertas

y marchitas

flores.


Una flor por día,

todas marchitas

y muertas

como

ella.

Lo podía ver

en sus ojos.

Estaban tan muertos,

y ella tan rota,

pero nadie lo 

veía.


Y yo trataba de ignorar su

metafórica muerte,

y sus metafóricas 

heridas.


Y continuamos hablando

en la cafetería.


Alrededor del café

y el silencio

y las personas

vacías.


Nosotros hicimos 

este poema

vacío 

en la cafetería.


Con nuestras metas vacías 

y sueños 

que soñábamos 

alrededor del café.


Fueron hermosos momentos,

hermosos errores.


Hermosos recuerdos

que viven en nuestras

mentes.

Esperando

 por la persona correcta,

cuando 

todos son

incorrectos.

Cuando todo

es incorrecto.


Me dejaste ese día.

Planeabamos dejar

la cafetería 

e ir 

a la ciudad.


Planeaba ser 

un caballero 

contigo.

Tú pensaste

desaparecer,

y lo hiciste.


Nunca 

regresaste.




Al Final Todo Es De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora