primera parte

19 1 1
                                    

CAPITULO 1


¿Has tenido esa sensación de... simplemente querer saber lo que piensan los demás? En mi opinión creo que es más importante primero saber qué es lo que cada uno piensa. Definirlo. No sé porque muchas veces nos concentramos en lo fácil que es hablar, mas no en lo difícil que es pensar. Estaba simplemente acostado en mi cama, con una cómoda sabana que no cubría mis pies, pero antes de despertar estaba en aquellos sueños que desbordan la realidad, como tal vez los de todos, pero creo que mis sueños son los más inocentes.


Hace unos días entre al instituto, a mi segundo año, y lo único que atrajo mi atención fue esa chica, de cabello negro como una oscura noche de Londres, lúgubre. Sin embargo, su mirada reflejaba un brillante atardecer, esos ojos y esa piel blanca brillante... conformaban una hermosa ironía en su belleza.


Tal vez ella no me haya notado, pero estoy seguro de que pronto lo hará. Sin embargo volví a ver a una amiga de mi antiguo instituto, Gwen River, una chica rubia y pálida, que siempre es bastante bipolar. Aun así es mi amiga. Me contó el nombre de esta chica, ya que la conoce, su nombre es Rebbeca Smith. Al parecer una chica algo callada, y eso se notaba, ya que cuando la vi, estaba sola, me daba algo de pena hablarle, ya que pensaría que solo tengo intereses íntimos con ella.


No me gustaría entrar en muchos detalles de mi vida, porque realmente es algo que poco a poco irás descubriendo, aunque solo esta parte que relataré en este libro.


Solo te diré que somos libres de volar junto a alguien que amamos, pero no siempre podremos volar junto a ellos hasta el final.























CAPITULO 2:


Observo por mi ventana, veo un cielo gris, que con el sol cubierto por las nubes, parece plateado, de pronto el paisaje reduce color, y empieza una suave lluvia, que vuelve el suelo un dulce lago tenue, como casi todos los días en Londres.


Hoy tal vez conozca a Rebbeca, y me siento algo nervioso, sonara a cliché, pero tal vez así nos hemos sentido todos en algún momento.


Y pensaba en ella por un momento, después dos, después tres, y nunca me aburriría, el simple hecho de su existencia me llenaba de felicidad, y cuando tenía el placer de hablar con ella, me llenaba una sensación que recorría toda mi alma.


Su sonrisa, era una de esas, irrepetibles, siempre hermosa de diferente manera, y por una razón diferente. Intercambiar una sonrisa mantenía mi día feliz, siendo que siempre que veía su mirada me enamoraba más y más.


Su cabello siempre deslumbraba con el sol, a pesar de su oscuridad, dando la impresión de un hermoso amanecer, o inclusive un atardecer.


Su gracia era la de una obra de arte, callada y quieta, llenaba de misterio.


A veces desearía ser viento, y cubrirla, sentir su piel, y su cabello, y de nuevo ser yo, y cubrirla del viento.


A veces desearía ser el sol, observarla desde lo alto e iluminar su belleza.



Liverpool, Londres


Querida Rebbeca:


No tienes idea de cuánto he estado pensando en ti desearía hablar contigo, con esa cálida, suave y dulce voz, que suena ha de ser como una hermosa melodía.


Me gustaría poder contemplar tu belleza hasta el fin de mis días, y tener tu mirada junto a la mía, por la eternidad.


Atentamente: Nicolás Robinson



Decidí poner esta carta en su buzón y me fui.















Liverpool, Londres

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 25, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Book be meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora