Capítulo 1

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Spring Valley era probablemente el lugar más aburrido de la Tierra, no sólo porque era un pueblucho con pocos habitantes sino por no tener ni un mísero cine, únicamente un restaurante, un supermercado y un par de tiendas pequeñas donde vendían objetos extraños.

Por eso, cuando Vega Cheadle se enteró de que su padre y ella se mudarían a ese lugar, lo primero que pensó fue: Me están tomando el pelo. Luego sufrió un ataque de ansiedad. Una nueva oportunidad para volver a empezar, le había dicho su padre. Vega debía dejar a sus amigas, su instituto al que tanto le había costado adaptarse, a su madre...Su progenitora estaba enferma, era esquizofrénica, y debía ser ingresada en un centro psiquiátrico. Además de eso, su padre se había vuelto sobreprotector y se comportaba como si su madre no existiera. Esta situación producía en Vega un sentimiento de tristeza e impotencia. Para ella era el fin del mundo.

Vega Cheadle llegó a Spring Valley un día frío y gris de invierno. Las primeras nieves habían caído y cubrían los jardines de las casas. Los árboles se mecían desnudos con el viento y el canto de los pájaros no se escuchaba.

Todos preparaban sus hogares para Navidad; decoraban con gran esmero el árbol de Navidad, colocaban luces de colores en las fachadas de las casas, cocinaban postres caseros...El ambiente que se respiraba en Spring Valley era acogedor.

En un pueblo como este, todos los ciudadanos se conocían. Por eso, cuando llegó la familia Cheadle, se formó un pequeño alboroto entre las personas: no sabían nada de esa familia.

Vega y su padre venían de muy lejos, acostumbrados a los ruidos y olores de una gran ciudad. Tras haber internado a su mujer en un centro psiquiátrico, Kein Cheadle decidió que lo mejor para su hija sería comenzar una nueva vida en un lugar desconocido para ella, pero se equivocó.

-Papá, quiero volver a casa -dijo Vega por decimotercera vez en ese día.

-Está será tu nueva casa, cielo. -respondió el hombre señalando la vivienda destartalada que tenían enfrente.-Seguro que te gustará.

Padre e hija entraron en el domicilio con cajas en su brazos. Era una casa pequeña, de un solo piso, el jardín estaba plagado de malas hierbas y la puerta principal era de madera oscura. Al entrar había un pequeño salón-comedor y una cocina, también pequeña. En la pared de la derecha había tres puertas, una de ellas correspondía al cuarto de baño y las dos restantes a los dormitorios. No era exactamente bonita: el suelo era de tablones de madera y parecía que se iba a romper en cualquier momento, la cocina se encontraba amueblada con mobiliario antiguo y lo único bueno que tenía aquella vivienda era la chimenea del salón.

Vega se dirigió a su cuarto y dejó allí sus maletas y un par de cajas. Su dormitorio no era grande, pero tampoco era pequeño. Había una cama individual pegada a una ventana, el armario era suficientemente extenso para guardar su ropa y el escritorio de madera, colocado en la pared izquierda, era feo y sin forma.

La chica no quería estar en ese lugar, tan alejado del mundo. Había dejado atrás a sus profesores, a sus compañeros de instituto, a sus queridas amigas y su madre. Esa mujer que la crió, la protegió y la sigue queriendo. ¿Cómo es posible que se encuentre lejos de la mujer que la parió, sólo porque su padre no acepta que esté enferma y necesite ayuda? La internaron en un centro psiquiátrico especializado en personas esquizofrénicas, la abandonaron en un lugar lleno de desconocidos y luego huyeron como si los persiguieran. ¿Qué le estarían haciendo a su madre? Vega había escuchado que existían terapias con electrochoques para tratar la esquizofrenia. ¿Le estarían haciendo daño?, se preguntaba. No quería ni pensarlo. Para no caer en pensamientos negativos, Vega decidió seguir ayudando a su padre a descargar el coche, así que la tarde transcurrió entre cajas y cajas pesadas. Cuando hubieron terminado, Vega se fue a su cuarto. Se encontraba mal puesto que había estado cargando peso y lo único que quería era dormir y despertar de aquella pesadilla. A las once de la noche Vega cerró los ojos y se durmió, soñó con que su nueva casa se convertía en un terrible monstruo y la devoraba.

El deseo de Vega || #ConcursoBASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora