-.-Promesa-.-

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Disclaimer: Fairy Tail no nos pertenece, es propiedad de Hiro Mashima. "Esta historia participa en el primer concurso de fanfics para la página en facebook "FanFics Fairy Tail"

Adv: Universo original. Cómo teoría de lo que podría pasar al final de FT (¿?). Ligero Nalu, aunque parezca de amistad.

-.-Promesa-.-

Se preguntó si era el final o el comienzo.

Erza curveó la boca entre una mueca de satisfacción o de tristeza, aún no estaba segura. Descansó una de las manos cerca de una columna a medio construir, su vista se perdió por el atardecer que se cernía por encima de las montañas, y que con su luz, le mostraba las ruinas del gremio. No pudo contabilizar los daños, pero la sombra que formaba cada integrante de su familia se abrió paso entre el color anaranjado, cada una llevando parte de las estructuras y modificando lo que podía con ayuda de su magia. Una vez más unían fuerzas para hacer brillar el gremio.

Muchas veces vio su hogar destruido, pero nunca de esta forma. La batalla final había consumido parte de su fortaleza y dejado una cicatriz profunda en su pecho. Tuvo que morderse el labio inferior para no mostrar esa parte vulnerable de su ser una vez más, debía mantener la calma en ese momento que su familia necesitaba apoyo y mucha confianza para seguir adelante. Apretó los puños ante la impotencia de no poder detener los recuerdos que le gritaron, que tal vez, pudo haber hecho algo más.

No tuvo el suficiente tiempo.

—Natsu.

Suspiró el nombre de su amigo de infancia por enésima vez ese día, como si fuera a aparecer a su lado ni bien lo llamara. Tenía la esperanza que en cualquier momento saldría de su escondite, le haría una de sus bromas inocentes, sin dudar lo golpearía por su atrevimiento y se reirían juntos como si fueran niños nuevamente. Ante sus ojos ese momento ocurría, una y otra vez como un espejismo. Cuando se trataba de Natsu nada era tranquilo y particularmente divertido.

Un nudo se le formó en la garganta.

El espejismo de gratos recuerdos quedaría grabado en su mente; un consuelo etéreo que no deseaba apartar de su corazón y guardaría como un tesoro. Aunque su familia quedaría incompleta, debía hacer lo posible por mantener la esperanza y la fuerza para seguir luchando.

—Erza.

Se sobresaltó al sonido de su nombre. Volteó la mirada hacia un lado y Gray se aproximaba hacia ella, como siempre, con el torso desnudo y con la mano en los bolsillos del pantalón. Se aclaró la garganta para fingir normalidad, retornó los ojos hacia el horizonte, pensando que su compañero no se había dado cuenta de su rostro de aflicción.

—No han aparecido, ¿cierto?

La pregunta fue tan directa que la hizo suspirar nuevamente.

—No. —Negó con la cabeza—. Tampoco Lucy.

—Qué problema. —se quejó, Gray—. Aunque supongo que era de esperarse.

—¿Happy sigue durmiendo?

—Sí, aunque... —Hizo una pausa. Se rascó la cien, ansioso—. No deja de llamar al cabeza de flama entre sueños.

—Será más difícil de lo que pensé —comentó, Erza, afligida—. La despedida fue muy corta para tantos años de conocerse.

—Era lo mejor —contestó, Gray—. Happy no hubiese entendido. Te lo encargo una vez que despierte —pidió—. Eres mejor con las palabras que yo.

—Necesitaremos de todos.

—Eso es seguro. —Torció la boca en una mueca de aceptación—. ¿Seguirás aquí? —Dio unos pasos para seguir con su camino hacia las ruinas del gremio, y añadió—: Iré a ayudar al maestro con la construcción.

Promesa (Nalu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora