Capítulo único

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Hola a todos, aquí yo publicando un one-shot que prometí por el review número 100 de uno de mis fics.

"Escrito especialmente y dedicado a Tokyo Fujioka".

Disclaimer: KHR!, no me pertenece todos los personajes son de Akira Amano-sensei, yo solo los tomo prestados para fines yaoicescos.

Paring: G27.

Advertencias: AU, Ooc, Mpreg, un poquito lenguaje SOEZ.

Resumen: Giotto extrañaba la ciudad de Tokio, "¿porque lo habían enviado tan lejos de Tokio?

Ahora tenía que hacer sus prácticas en la pequeña ciudad de Namimori.

*** Primer día ***

Observaba la supuesta pequeña cuidad a la que lo habían enviado a realizar sus prácticas profesionales, en verdad ¿Porque de todos los lugares lo habían enviado tan lejos?, la mayoría de sus amigos se habían quedado en Tokio, aunque a Daemon le había tocado en Kokuyo, una cuidad aledaña a Namimori. Se sentía un tanto frustrado, conclusión esto sería aburrido.

Camino mientras buscaba el lugar en el que residiría por seis meses. El lugar parecía tan simple que todo le daba pereza, frustrado de no encontrar el lugar, optó por entrar a tomar algo de café en alguna cafetería cercana.

Al entrar al pequeño establecimiento no vio a muchas personas, casi estaba vacío, por lo menos no tendría que esperar mucho.

— ¡Bienvenido!, ¿puedo tomar su orden? —preguntó de inmediato la mesera mientras le dejaba un vaso con agua.

— Un café descafeinado, por favor —pidió.

— Le gustaría ordenar algo más.

— No lo sé, ¿que me recomiendas? —dijo con una sonrisa.

— Le recomendaría un sandwich con atún —sugirió lo mujer.

— Uno estaría bien —respondió.

La mesera se camino de regreso a la barra, en donde pidió los que el rubio había solicitado.

Y de pronto la vida de Giotto dio un giro de trescientos ochenta grados. Tenía un frappé derramado sobre su persona, era una sensación helada y algo refrescante, se giró de inmediato para buscar al culpable.

— Lo...siento —artículo con nerviosismo el culpable.

"Maldito mocoso", pensó internamente, lo miro de reojo un estudiante de secundaria, cabellos castaños y ojos de color café oscuro.

— Aja, lo sientes ¿y? —dijo en un tono completamente molesto.

— Pagaré la lavandería de tu ropa —ofreció rápidamente el castaño.

Giotto suspiro, en verdad quería gritar hasta quedarse sin voz, pero él era un adulto y debía comportarse como tal. Pero lamentablemente aún no era un adulto, más bien se seguía comportando como un niño.

— Eres idiota —reclamó furioso—, ¿crees que solo con la lavandería me voy a conformar?, no ves como estoy gracias a tu torpeza —gruño furioso.

— En serio —dijo el menor tratando de parecer calmado—, para empezar grandísimo idiota esto también es tu culpa —le recrimino de inmediato —, a quien carajo se le ocurre dejar su maleta a medio camino —refunfuño el castaño—. Pensaba disculparse de forma cordial, pero no tiene caso si eres un maldito idiota.

Giotto se quedó sin habla, aquel niño parecía en serio otra persona.

— Pero es tu culpa —reclamo Giotto aunque no tenía ninguna argumento convincente.

FrappéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora