Ya es viernes.
Ésta semana me di cuenta de muchas cosas, la primera de todas es que hay que aprender a caminar despacio, dejar las cosas pasar y ya no voltear hacia atrás con las personas que no valen la pena.
Muchas veces no alcanzamos a percibir o a comprender varios de los términos bajo los que se manejan las situaciones.
No importa cuántas veces te esfuerces siempre se va a presentar, de formas distintas pero lo más importante es aprender a caminar despacio.
Despacio como si no hubiera prisa alguna, despacio para meditar y también respirar, despacio para observar donde estas, despacio para no temblar.
He aprendido que también hay cierto encanto en estar sola...
Pero nada se compara a las tardes en tus brazos...