Contigo o sin ti (2)

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Faby

Me encontraba en mi cuarto pensando en lo que podría hacer, mi madre me estaba poniendo en una situación difícil, no me gusta desobedecerla, pero no podía dejar de lado lo que sentía solo porque ella no me aceptaba, no debía ser así, tenía que encontrar la forma para que ella me aceptara, a mi y a Alex.

No podía dormir, realmente estaba muy inquieta con todo lo que había pasado, quise poder llamar a Alex, pero ya era muy tarde, no podía molestarla, le contaría lo sucedido, en la escuela; mientras tanto, me la pase dando vueltas sobre el colchón.

Apenas pude conciliar el sueño, sonó mi alarma, cuánto odiaba ese maldito aparatejo, quería dormir un poco más, pero nunca me ha gustado faltar a la escuela, tomé fuerzas de donde pude, me levanté y me dirigí a la ducha; luego de vestirme y arreglarme, caminé escaleras abajo, esperando que mi mamá hubiera salido, o aún no se hubiera levantado, ya que era su día libre, para mi desgracia, se encontraba sentada en la cocina, desayunando, me miró.

- Fabiola, necesitamos hablar - ¡claro! ahora sí quería hablar, pues yo no.

- Se me hace tarde para la escuela - dije intentando zafarme.

- Te lo voy a decir sólo una vez más, no quiero volver a saber que estas con ella, o terminan, o yo misma me encargaré de que lo hagan - las frías palabras de mi madre me rompían el corazón en mil pedazos, ¡por Dios! Mi propia madre no me aceptaba, intentando no llorar, caminé hacia la salida de mi casa y me fui sin decirle nada.

Tuve que detenerme en varias ocasiones para calmar mi llanto, las palabras de mi madre me rompían por completo, no podía ir así al instituto, pero tampoco podía regresar a mi casa, entonces, por primera vez en mucho tiempo, me sentí completamente sola; llegué a un parque y me senté en una banquita, alejada de todo, viendo a la gente pasar como en cámara lenta, era como si viera una película, una muy desoladora.

De un momento a otro comencé a llorar, me tapé la cara con mis manos y dejé que toda mi tristeza saliera, me sentía muy sola, necesitaba hablar con alguien, pero no había nadie ahí para escucharme, la gente pasaba a mi lado y murmuraba cosas, todo mundo solo observaba a una pobre chica desconsolada; de pronto, sentí a alguien abrazándome, no me pareció nada familiar el abrazo, pero me sentó muy bien, poco a poco mi llanto paró y pude levantar mi cara para ver a la persona que tenía a mi lado; era una chica, de unos seis o siete años más grande que yo, era muy linda, tenía el cabello claro, piel un tanto morena y unos ojos verdes muy bonitos.

-Vamos, no llores más, la vida está llena de cosas buenas, como para pasársela llorando por lo malo que nos pasa - dijo muy amable, me tomaba de los hombros y después de que me calmé por completo me soltó y se quedó sentada a lado mio.

- ¿Cómo te llamas? - preguntó sonriente.

- Fabiola - conteste con mi voz aun con las secuelas del  llanto.

- Bien Faby, ¿por qué llorabas? - me preguntó mirándome a los ojos.

- Son problemas familiares, no sé qué hacer, me siento muy frustrada - dije mirando al piso y recordando las palabras de mi madre.

- Mira linda, en esta vida todo tiene una solución, excepto la muerte, no te pongas así, ya verás que sea lo que sea, se resolverá bien, solo hay que tener paciencia - le sonreí y ella a mi, era cierto, pero mientras tanto, todo esto dolería demasiado.

- Sí quizá - dije entre suspiros.

- ¡Vamos! No hay porque pensarlo demasiado, que tus problemas se resbalen como mantequilla, ven te mostraré un lugar - me tomó de la mano y me llevó por ahí, primero por un helado, luego jugamos en algunas maquinas de videojuegos, para al final volver al parque, reíamos aún por todo lo que nos habíamos divertido, era cierto, no había mucho por lo que preocuparme, por el momento sólo tenía que darle tiempo al tiempo.

- Muchas gracias, me ayudaste y me hiciste sentir mucho mejor - dije sonriéndole.

- Lo ves, no es tan malo si lo empiezas a poner así, siempre hay que buscar como sacarse los problemas de encima; yo por ejemplo, en este momento, mi casi esposo, está siendo enterrado - dijo y su mirada se oscureció, pobrecilla - pero aún así, estoy aquí, sé que la vida sigue y sea cual sea la situación, hay que afrontarla con nuestra mejor cara - dijo sonriéndome y una lágrima resbaló hacia su mejilla, sentí muchísima lástima por ella, pero al mismo tiempo la envidié, por ser tan fuerte y no dejarse vencer por la adversidad, ahora tenía más claro que nunca lo que debía hacer.

Alex

Esperaba a Faby en la puerta del instituto, era casi hora de entrar, pero ella no llegó, me pasé la mañana pensando en que pudo haberla hecho faltar, quizá no se sentía bien, no podía sacármela de la cabeza, estaba realmente preocupada, ni siquiera ponía atención, solo pensaba en ella.

A mitad de la mañana, Steve me pregunto por ella, creí que quizá él sabría algo, pero estaba igual que yo, quería ir a su casa saliendo de aquí, pero sabía que su mamá iba a estar ahí, no era para nada una buena idea.

Al terminar las clases, salí casi corriendo, quería saber de ella, para mi sorpresa, me la encontré en la entrada del instituto, me estaba esperando, me saludó y corrió a abrazarme.

- Tonta, ¿Dónde estabas? Me preocupé bastante - le dije abrazándola.

- Lo siento, no estaba de humor, pelee con mi madre hoy en la mañana, no me sentí con ánimos para venir - dijo y a pesar de su tono triste, sonreía.

- Bueno, pero tampoco estuviste en tu casa ¿verdad? - pregunté, sabía que ella no se quedaría en casa si algo así pasaba.

- No, estuve por ahí, me despejé y luego quise venir a recogerte, ya que no pudimos pasar la mañana juntas - dijo y me tomó de la mano.

me acompañó hasta mi casa, me platicó sobre la chica a la que conoció, dijo que no le dijo su nombre, pero que le alegró mucho el día, se notaba.

- Bueno y entonces ¿Por qué pelearon? - le pregunté por lo sucedido con su madre.

- Bueno, no fue exactamente una pelea, ella sólo no quiere aceptar que te quiero a ti y sólo a ti - dijo sonriendo.

- Sí, pero ¿qué te dijo? - me dejaba realmente intrigada.

- Me dijo... que si no terminaba contigo, ella se encargaría de que lo hiciera, yo creo que sólo hay que tener paciencia - miró al piso, quizá sólo el tiempo diría lo que debíamos hacer, pero hasta entonces debíamos ser pacientes y esperar que su madre nos aceptara.

- Si, tienes razón, sólo demosle tiempo - nos sonreímos por unos momentos - ya sé, yo también le diré a mis papás sobre lo nuestro, enfrentemos esto juntas - ella se sorprendió por lo que dije, no la dejé decir nada y la arrastré hacia dentro de mi casa, estaba dispuesta a decirlo todo.

<< hola n.n/ ¿me extrañaron? (u.u yo sé que no) bueno yo aquí publicando un capítulo más de estas dos, como ven? les gusta? Sino, sientanse con libertad de decirmelo en sus comentarios y si les gusto, pues tambien y si votan se los agradecería muchisimo xD.

Muchísimas gracias a todas las personas que siguen esta historia, espero sigan así n.n tambien gracias a las personas que me siguen, últimamente no he podido agradecerles a todos, no tengo mucho tiempo ni siquiera para escribir, pero ya aqui esta este capitulo, espero lo hayan disfrutado n.n mañana o pasado subo el siguiente, dependerá de ustedes n.n bye>>

Sin ti no puedo vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora