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-Esto tiene lugar unos cuantos minutos antes de que Alonso y Camila se "conocieran"-

Son las seis de la tarde. Alonso revisa su teléfono por décima vez en los últimos diez minutos. Nada.

No puede creerlo, ha estado esperando a Carla por más de dos horas y la chica ni siquiera ha tenido la decencia de llamar para cancelar. Decepcionado, guarda de nuevo su móvil en su bolsillo trasero. Quiere marcharse, pero...¿y si ella llega? ¿y si por alguna razón se le ha hecho tarde? ¿y si tiene una buena excusa? Después de reflexionarlo unos cuantos segundos, decide esperar un poco más. Pero necesita sentarse, ¡los pies lo están matando!

Busca con la mirada alguna banca desocupada e inmediatamente divisa una cerca de una tienda de discos. Se acerca tan rápido como puede y se sienta en ella. Entonces la ve. Esa chica otra vez. Alonso se percató de su existencia treinta minutos atrás, y al parecer, no se ha despegado de aquella palmera artificial en la última media hora. ¡Qué pésimo escondite ha elegido! ¿de verdad cree que nadie la nota?

El muchacho sigue con la mirada la dirección en la que los ojos de la chica se enfocan. Si, definitivamente está espiando a alguien. Es un chico que trabaja en esa misma tienda de discos. Alonso lo mira fijamente, dispuesto a encontrarle cualquier mínimo defecto. «¡Ni siquiera es tan guapo!» se intenta convencer.

Vuelve a revisar su teléfono. Mil tweets de las fans, pero ni un solo mensaje de la chica a la que ha estado esperando por horas. Ya está claro que Carla no tiene ningún interés en ir.

Una increíblemente absurda y atrevida idea le cruza por la cabeza. Busca a aquella extraña muchacha. Si, efectivamente sigue ahí. ¡Pobre chico, si supiera que en este momento se lo están devorando con la mirada!

Alonso se levanta de su asiento e instantáneamente siente pesados los pies. Esto ya le ha fastidiado.

Al demonio el dolor de pies, al demonio Carla y al demonio ese mensaje que nunca llegó.

Se acerca a la chica con pasos decididos. Cuando está a menos de un metro de distancia, ella se percata de su presencia. Le dirige una mirada confundida. Una mirada que lo desarma por completo. No se había dado cuenta de lo bonita que era. Por un momento cualquier pensamiento relacionado con Carla se esfuma por completo.

El chico se estruja los sesos en busca de algo inteligente qué decir, ¡debe parecer un imbécil justo ahora! Diablos. Un momento...muy bien, perfecto, ¡lo tiene!

-Ese es el escondite más penoso que he visto en mi vida -dice con un leve dejo de descaro- ,y si te quedas ahí mirando, nunca conseguirás tu foto.

Diablos, diablos, diablos, ¿por qué ha soltado eso? ¡ahora si debe parecer un imbécil! La chica se ha puesto roja de rabia, está claro que está apunto de explotar.

Definitivamente esas no fueron las palabras mágicas. Ha metido la pata. Y mucho.

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alisykesbvb

Historias cruzadas » CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora