Consejos para ayer.

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Que ingenuo fui al pensar que durmiendo las visiones cesarían. Por el contrario, toda la noche tuve sensaciones, sueños e imágenes muy vividas.

Energía azul, mucha, demasiada, desbordante energía azul por todos lados. En mí sueño estaba corriendo intentando escapar de esa energía. Era colosal e intimidante tal cantidad de energía. Yo huía de ella, pero siempre me encontraba sin importar cuánto intentará esconderme. De pronto aquella especie de energía se volvía una tormenta eléctrica en todos los tonos de azul que te puedas imaginar. Un hermoso paisaje se comenzaba a formar ante mí, extrañamente me tranquilizaba, era reconfortante a la vista. Cuando creía que todo era paz y tranquilidad una especie de remolino me envolvía y violentamente me elevaba a cientos de km por hora mientras yo gritaba desesperado.

- Jonh despierta el desayuno está listo, además ya son las 11:00 de la mañana y este día pinta hermoso. – Dijo la voz de Kym

- Lo siento me quede profundamente dormido.

- No te preocupes Tigre, vamos levántate a desayunar.

Nuevamente esa palabra ¡Tigre! Cada que la escuchaba mil imágenes bombardeaban mí ahora ya casi destrozado cerebro. Aunque por otro lado el panorama se iba aclarando cada día un poco más iba entendiendo poco a poco lo que estaba ocurriendo.

- Huevos rancheros, pan tostado con mermelada de arándano y café con leche, espero te guste Jonhy.

Acto seguido me dio un beso en la mejilla. (Casi como mi madre)

- Gracias bebé. No se hace cuánto tiempo no comía algo hecho en casa, creo que debo de hacer algunas compras en el supermercado, seguramente te costó encontrar algo decente en el refrigerador.

- ¡No me digas Jonh! Incluso tuve que ir a comprar estos huevos al mini súper. En tu refrigerador solo hay pizza de hace 4 días, una botella de agua y pepinillos en vinagre. Tienes que cuidar más tu alimentación. - Dijo Kym preocupada.

- Sí, lo se lo sé. ¿Qué te parece si me acompañas al súper mercado más tarde?

- Con tal de que mejores tu alimentación te acompañaré hasta China.

Todo el desayuno se nos fue en reír, besarnos, abrazarnos y recordar lo que paso un día antes en el restaurante Don Asado.

- No, tú estabas más ebrio que yo. – Dijo Kym

- Claro que no, yo solo tome muy poco. – Respondí.

De pronto Kym se quedo mirando al techo como queriendo recordar algo, su pregunta me extraño un poco.

- Jonh. Ayer en el restaurante ¿saliste a la calle cuando dijiste que ibas al baño?

- No, para nada. En realidad, si fui al baño, pero tarde un poco porque había una buena fila para entrar.

- Am ya. Sabes qué. Pienso que entonces si estuve más ebria que tú. Jajaja.

- No me digas Kym. – Dije mientras subía los ojos irónicamente.

Aun teníamos dos días antes de volver a la vida de oficinistas por lo que debíamos aprovecharlos al máximo. Una vez termínanos de desayunar, entre los dos hicimos la limpieza y lavamos los trastos sucios. Esa sensación de que algo similar ya había ocurrido se volvería algo muy constante de aquí en adelante. Cuando menos me di cuenta ya habíamos terminado las labores de la casa.
De pronto un tono con la canción eight days a week de Los Beatles, rompió el silencio anunciando que alguien llamaba por teléfono, era el móvil de Kym.

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora