Capitulo 49 (Parte 2)

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Sigue narrando Rubén.

-Oye, amor, ¿invitamos a almorzar a Luzu y a Guillermo?- me dijo esa mañana Mangel mientras él preparaba el desayuno en la cocina.

-Vale. Hace días que quiero saber como esta Guille.- le contesté mientras sacaba la jarra de zumo del refrigerador.

-¿Por qué? ¿Le sucedió algo?- preguntó mientras revolvía el café de la taza.

-No, claro que no. Es que hace días que no nos cruzamos y quiero saber como esta. ¿Acaso no me puedo preocupar por mi amigo?- dije dejando la jarra sobre la mesa para coger el vaso del fregadero ya que lo había dejado la noche anterior.

-Por eso te digo de invitarles, porque hace mucho que no nos juntamos.

-¿Quién va venir?- escuché a Tyson detrás de mi para que, luego, me sujetara de una pierna ya que aún era muy pequeño.

-¿Quieres que vengan tus tíos, Luzu y Guille, hijo?- le preguntó con una sonrisa Mangel, dejando el desayuno de lado para dirigirse al pequeño.

-¿Y vendrá Aqua también?- preguntó esperanzado y con una gran sonrisa. Creo que no hace falta aclarar que nuestro hijo estaba loco por Aqua; siempre preguntaba por ella, si iba a venir a jugar o si podía ir a la casa de sus tíos para verla.

-Claro.- le contestó Mangel con una sonrisa, agachándose a su altura.- Alguien tiene que cuidarla mientras los adultos hablan.

-Yo ya soy grande.- reclamó Tyson cruzándose de brazos a lo cual ambos reímos.- Quiero hablar con vosotros, también.

-Vale, hijo. Participarás en nuestra próxima plática.- le animé revolviendo su rubio cabello pensando en que, algún día, seguramente, llegaría a tener mi apodo.

-Vale.- contestó satisfecho con una sonrisa.- ¿Me sirves, papi?- me preguntó con el intento de agarrar la pesada jarra de zumo entre sus bracitos.

-Hijo, ahora vamos a desayunar.- le reclamó Mangel mientras seguía revolviendo, esta vez, en la taza de Tyson.

-Pero yo quiero zumo...

-No, Tyson.- contestó Mangel.- No tomarás zumo porque después no desayunas.

-Si desayunaré.- se quejó mirando desde abajo a su padre.

-Vale.- cedió Mangel.- Pero si no te terminas toda la leche te quedas una semana sin skate.

-¡Papá!- se quejó Tyson con un puchero y alargando la última "a".

-¡Mangel!- reclamé inmediatamente.

-Cariño, no me contradigas delante de él. De esta forma aprenderá.

-¡Papi!- se quejó Tyson, esta vez, conmigo.- ¡Mi skate!

-Mangel.- le volví a reclamar al ver la carita de tristeza de mi pequeño.

-Vale.- resopló Mangel.- Dos días sin skate y una semana sin televisión.

-¡Papá!- volvió a quejarse Tyson a Mangel.

-¿Te terminarás tu desayuno?- le preguntó.

-Si...

-Vale, sírvele un poco de zumo, cariño.

-¡Si!- festejó nuestro hijo, saltando de alegría.

Mis días eran así; prácticamente, una aventura tras otra, una sorpresa tras otra y mucho amor y cariño de por medio.

Cuando le serví el zumo a Tyson, le tendí el vaso y él lo cogió con sus dos manos que apenas llegaban a rodearlo. Tomó y me devolvió el vaso vacío.

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora