Andrea es una chica huérfana a la cual adopta una pareja que nada mas recogerla del orfanato se marcha de viaje de negocios durante dos años. Al dejarla en casa le informan de que vivirá con 27 adolescentes. ¿Qué pasará cuando conozca a Nash, Ashton...
Nos dirigimos al piso de arriba dónde nos encontramos a las chicas ya vestidas, me fijé en Bea y llevaba el mismo vestido que yo así que nos miramos y reímos, tras debatir si ir iguales o no decidí que sería yo la que se cambiaría ya que tenía mas vestidos, en cambio Bea sólo tenía el que llevaba puesto.
Bea:
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Lox:
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Madison:
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Me despedí de las chicas diciéndoles que nos veíamos en la cena y me dirigí junto con Kian a nuestra habitación. Abrí su armario y opté por algo sencillo, una camisa de manga corta tejana y unos pantalones ajustados negros.
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La camisa la elegí porque ya tenía una idea de que vestido me pondría y quería ir más o menos a juego con él. Cogí un vestido del mismo color que su camisa.
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Salimos juntos de la habitación tomados de la mano. Al bajar las escaleras escuchamos unas voces adultas y noté como Kian se tensaba, yo lo miré confusa hasta que recordé que era el único de la casa casa que no los llamaba mamá y papá y que no le gustaba hablar sobre ellos, entonces paré en seco en medio de la escalera y él volteó a verme extrañado. Le di un beso largo y tierno hasta que noté que se habia relajado, entonces nos separamos y juntamos nuestras frentes.
-Tienes que contarme que te pasa con ellos...-susurré.
Él asintió aún con los ojos cerrados y suspiró para seguidamente dejar un beso en mi frente. Seguimos bajando agarrados de la mano hasta llegar al salón dónde encontramos a los señores Smith vestidos muy elegantes.
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Marie nos miró y me sonrió picara después de ver nuestras manos entrelazadas y Chad miró a Kian con una mirada amenazante, cosa que hizo que Kian se tensara aún más.
-Andrea cariño, te hemos traído una sorpresa.-dijo Marie.
Tenía una mano en el brazo de Chad y otra en la espalda, sacó la mano de su espalda y tenía a alguien cogido de la mano, al ver quien era no podía creerlo ni verlo bien, ya que esa pequeña personita vino corriendo a mis brazos.
