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Steve no era bueno en lo que trataba de citas o cosas románticas, las personas se interesaban en el por su físico ¡Incluso su amiga Natasha! pero eso solo fue al principio luego descubrió lo voluntarioso y torpe que era en asuntos del corazón.

Todo empeoró cuando conoció o más bien reconoció a duras penas a su amigo de la infancia, James Barnes o simplemente Bucky, después de años de que dejara Brooklyn y cayó bastante duro en cuanto volteó hacia su persona. Se le había quedado rato viéndole de lejos casi llamándolo con los ojos y el castaño volteo al sentir una sensación rara en la nuca. Vio a lo lejos a alguien con la vista posada en el y Steve supo que estaba jodido después de eso, apartó la mirada con velocidad hacía el suelo ruborizado pero ya venía el otro hombre caminando con firmeza. No podía huir.

-¿Nos conocemos, no es cierto? -le dio una mirada curiosa alzando la barbilla analizándolo con sus ojos grises.-¿Ste-Stevie? ¡Por dios!

-Ahaha, hola James.- lo saludó algo incómodo mirando a otro lugar levemente avergonzado.- ¿Cómo te han tratado estos últimos años?

-Pues seguramente no mejor que a ti, has crecido... Demasiado.- le echó un vistazo de arriba a abajo con picardía bailando en sus ojos. -¿Tienes tiempo? Quisiera hablar contigo.

-Ah, si. No tengo problema.- el otro hombre sonrió de lado y luego se mordió el labio cuando se dio la vuelta. Steve estaba perdido pero de qué manera, no le importaba eso ahora.

-Dejé a una señorita sola.- se adelantó a él dejándolo atrás pero al ver que no le seguía giró para verlo unos metros detrás.- ¿No vienes? - alzó una ceja.

-No quiero incomodar. - agitó una mano restándole importancia.

-Es mi hermana, Rebecca. No te preocupes.- le dio un empujoncito para que fuera con él.- Se pondrá como loca cuando te vea.

Le siguió de cerca al castaño, pensando en como había cambiado, ambos tenían ya sus veintiocho años, no se veían desde que salieron de la secundaria y cada uno partió a una vida diferente, Steve fue a la universidad de artes y Bucky se unió al ejército por un par de años ahora era dueño de un par de negocios en la ciudad.
Su rostro había cambiado bastante pero algo en el le decía que todavía era su viejo amigo, el de las bromas y que le defendía de quien fuese. Cuando no se dio cuenta el castaño había parado y por torpe casi le chocaba, había una mujer en sus treinta de cabello largo castaño.

-Reb ¿te acuerdas del chico bajito y debil de la secundaria? - se apartó de la vista de la mujer y le dejo ver a Steve detrás suyo.- Steven Rogers.

-Buenas, Rebeca. ¿Cómo te ha ido con la floristería? -alzó una mano en dirección a la mujer con una sonrisa amistosa.

-Dios mío, Steve. Hacía años que no te veia, ¿cómo esta Natasha? No la he visto últimamente, ya no me cuenta nada.- hizo ruidos de llanto falso en broma.- Sigues igual de inflado que un cheeto.

Bucky intercambio miradas con Steve y luego con su hermana, como si no se lo creyera. Ese par de traidores habían estado en contacto el último par de años y ella no le había dicho nada sobre el rubio.

-Ustedes se han mantenido en contacto. -afirmo mirando a su hermana acusatoriamente.- A todas estas ¿quien es Natasha? ¿Tu novia, Steve? - le vio con reproche ocultado.

-A-Admito que al principio venía con esas intenciones. Pero ahora es una amiga muy querida, y también es compañera en la floristería de tu hermana. -miró a Rebecca. - Es por ello que nos hemos mantenido en contacto a veces tu hermana y yo con ella en medio.

-Si, bueno... Lo mejor seria que me fuera. Ustedes tienen mucho de que hablar.- le dió un guiño a Steve y un beso en la mejilla a su hermano.- Vienes a mi apartamento, supongo. -suspiró luego. - Mejor quedate con tu Stevie.

La vieron desaparecer en el montón de gente de las calles de Brooklyn. La mirada de Steve le había pedido a gritos ayuda, pero ella simplemente le ignoró dejándole con el depredador que era su hermano. Steve volteó para ver al otro que estaba en la silla de enfrente, tenía esa misma mirada perdida que ponía cuando pensaba y luego se mordía el labio por dentro, el rubio sólo rió por dentro esbozando una sonrisa familiar.

Sip, había caído enamorado por el mismo chico de ojos grises otra vez como lo había hecho en la secundaria.

-Entonces dime.- empezó a hablar James con tranquilidad. Steve estaba pensando aún como hablar cuando escucho la realización de que su flechazo había vuelto de la nada.

-¿Te dolió?

-¿Qué?

-Cuando te caíste del cielo.- dijo Stevie medio ido y rojo.

-¿Acabas de llamarme Satán?- oh, el ceño fruncido de Bucky era todo un espectáculo digno de ver. Allí fue cuando se dio cuenta que lo había dicho en voz alta y no eran imaginaciones suyas cuando el hombre sentado enfrente lo miró con confusión absoluta y medio riéndose a carcajadas.

-Y-Yo no quise... Bueno tal vez sí.- respondió con total desesperación y la cara sonrojada.- Digo no eres Satán más bien eres como un Dios... Lo he vuelto a decir.- balbuseaba como loco.

-Pues tu eres todo un ángel, Stevie~ - le susurró guiándose por la extraña linea de ligón. Y explotó de nuevo en carcajadas que era como musica para el rubio si no estuviera tan avergonzado.

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⏰ Última actualización: May 29, 2016 ⏰

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Did you just call me Satan?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora