Después de la tormenta

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- Ya sé, yo también le diré a mis papás sobre lo nuestro, enfrentemos esto juntas - ella se sorprendió por lo que dije, no la deje decir nada y la arrastré hacia dentro de mi casa, estaba dispuesta a decirlo todo. - ¡Mamá! - grité al entrar a mi casa, Faby se jalaba de mi agarre, estaba asustada, pero quería enfrentar esto con ella.

-¿Qué paso Ale? - preguntó saliendo de la cocina - hola Faby - le sonrió al verla.

-Mamá hay algo que queremos decirte - lo dije con la mayor seriedad posible mientras Faby me tomaba fuerte de la mano.

-vaya, que misteriosas - mi mamá se sentó en una silla cercana - díganme entonces, ¿qué pasa? - mi mamá se puso muy atenta y dispuesta a escucharnos, pero en ese momento ya no supe que hacer, me sudaban las manos, comencé incluso a temblar un poco, no tenía idea de como lo tomaría mi madre.

-Bueno... nosotras, pues... esto... - no encontraba las palabras para decirlo, sentí la mano de Faby apretando un poco más la mía, dándome un poco de confianza para continuar.

-Ya hija vamos, ¿qué me vas a decir? - mi mamá no solía tener mucha paciencia.

- Bueno, lo que pasa es que... Fabiola y yo - mire a Faby, me sonreía - ella y yo, somos pareja, mamá - lo dije y bajé mi cabeza, tenía miedo, esto no era precisamente lo más sencillo del mundo de decir.

Todo se quedó en silencio, solo podía escuchar el rápido latir del corazón de Faby y el mio, nuestras manos sudaban, pero no nos soltábamos, necesitábamos darnos fuerza la una a la otra.

- ¡wow! Bueno, no me lo esperaba, osea que ustedes... ustedes son, algo así como "novias" - dijo mi mamá con un tono un poco divertido - esta bien, me alegra que me lo hayas dicho - no estaba muy contenta, pero no nos había rechazado, eso era bueno, muy bueno.

La tarde entera la pasamos platicando sobre todo lo que hasta el momento había pasado entre nosotras, como fue que comenzamos y esas cosas, Faby me dijo ciertas cosas que yo no sabía, como aquel día que nos vimos por primera vez, cuando todo esto comenzó, todo lo que sintió y como lo sobrellevó, hasta el día en que me confesó sus sentimientos, fue muy lindo.

luego de un largo rato Faby se fue a su casa, a pesar de que le dije que se quedara, en lo que se le pasaba el coraje a su mamá, ella me dijo que lo mejor sería regresar a su casa, no quería darle más motivos para estar enojada con ella, así que la deje marcharse.

Faby.

Camine a mi casa muy decidida, no seguiría más el juego de mi madre, no iba a dejar a Alex solo porque ella así lo quería, iba a decirle todo lo que tenía por decir, así se negara o se tapara los oídos, se lo gritaría, no quería estar peleada con ella toda la vida, pero si íbamos a hacer las paces, primero debería escucharme.

Al llegar no había nadie en casa, subí a mi cuarto, hice la poca tarea que tenía y me quedé dormida, no supe a que hora llego mi madre, creo que fue muy tarde, pues no la escuche llegar; por la mañana, me la encontré en la cocina, estaba tomando un café, creo que se preparaba para irse a trabajar.

-Buenos días - dije sentándome en la mesa y sirviéndome un poco de cereal.

- Buenos días - me contesto de mala gana, bueno, por lo menos me hablaba.

- Mamá, en serio necesitamos hablar, no me gusta estar así, si crees que he hecho algo mal, lo siento, pero la verdad nadie es perfecto, yo no pude elegir, solo sé que me enamoré y ese sentimiento creció, ahora ella está a mi lado y no quiero que se vaya, no pienso dejarla solo porque tu no nos aceptas, porque la quiero y me hace feliz - dije, sin darle tiempo a mi madre para interrumpirme.

Sin ti no puedo vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora