Capitulo seis.

10 0 0
                                    

30 septiembre.
He pasado unos días geniales con James, hemos ido a comer, y a muchas cosas más.
Creo que siento algo por el.
Hoy iremos a dar un paseo en bicicleta.
-James.
-Ya es hora de irnos.-dice.
-A ver quién llega primero.
Me arranco a correr pero James me alcanza y me tira al suelo.
-Tramposo.
El está sobre mí, la distancia que nos separa es muy poca, puedo sentir su perfume, y su calor.
Le meto los dedos en el pelo y lo acerco de tal manera que nuestros labios se juntan. Nos damos un beso tan cálido que no quiero que termine.
Nos sonreímos uno al otro.
-Molly yo no que...
No lo dejó terminar. Le doy otro beso.
-Shh...no digas nada.-le digo.
-Molly, te amo.
Me estremezco.
-Ya no sé qué es el amor, James.
-Es lo que siento cuando te veo.
Le sonrió, nos levantamos y nos sentamos debajo de un árbol.
-Entonces yo también te amo.
-Molly Wood, ¿Quieres ser mi novia?
-Solo si tú eres mi nadie.
-¿Qué?
-Tu eres mi nadie.
-¿Por qué?
-Porque nadie es perfecto.
Nos quedamos un largo rato sentados debajo del árbol hasta que comenzó a llover.
-Creo que debemos irnos.-dice James.
Me subo en su espalda y me lleva por todo el campus, estamos empapados. Llegamos a mi habitación.
Me pongo otra ropa y me quedo dormida en los brazos de James.
Fue el mejor día, con la mejor persona y la lluvia perfecta.

1 octubre.
Despierto en sus brazos.
Me besa con delicadeza.
-Hola.
-Hola.-digo.
Me levanto de la cama y me arreglo para ir a clase.
Me veo en el espejo.
-James.
-¿Si?
-¿Qué viste de mi?
-¿A qué te refieres?
-No soy bonita.
-Si lo eres.
-¿Por qué de tantas chicas, me escogiste a mi?
-Tu no eres igual, eres especial, y tú me haces sentir algo que nunca había sentido antes.-dice mientras se acerca.-¿Y tú que viste de mi?
-Por Favor James cual quiera en su sano juicio se habría vuelto loca por ti.
Me peino y me dejó el cabello suelto.
James me voltea y me toma de la cara, me besa la frente y se va a su habitación.
Después de un rato fui a clase.
Al salir de clase lo vi sentado con su pantalón y sudadera. Me sonreía. Ahí en ese preciso momento, recordé el día que me enamore de el.
Corro hacia él y me lanzo, lo tumbo, me toma de la cintura y yo del cuello. Nos quedamos viéndonos un rato hasta que nuestros labios se juntan.

La lluvia perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora