EL NIRVANA DE LOS UCHIHA

EL NIRVANA DE LOS UCHIHAS

EL NIRVANA DE LOS UCHIHA

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Nirvana...Dícese de la sensación experimentada por unos poco afortunados que pueden sentir la completa felicidad, que pueden alcanzar el máximo placer espiritual, que pueden dejar su mente en blanco...Nirvana...Dulce estado inalcanzable.

Ser libre en cuerpo y alma, ser libre del dolor mundano, ser libre de las pesadas cargas que día a día tomamos con nuestros hombros. Ese es el Nirvana conocido por todos, el Nirvana del que todos hablan y ansían alcanzar.

Voy a contaros una historia, relajaos.

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Hace muchos, muchos años; en otra aldea y tiempos remotos, existía un joven de tez clara cuya ambición lo llevó a realizar múltiples pecados. Para ese joven no había salvación a los ojos de los religiosos y budistas de su región...Pero, como en toda historia, hay un final feliz.

Había una chica de apariencia delicada, pero con un poder inmenso en su interior. Ella era sagrada, una sacerdotisa que jamás había pecado. Fue gravemente herida en uno de sus viajes al proteger a un pueblo de unos monstruos...Su destino era la muerte, ella alcanzaría el Nirvana,pues su alma estaba pura, jamás conoció la deshonra al mundo espiritual.

El joven que pasaba por allí vio a la multitud rodear a la herida sacerdotisa, fue testigo de como se arrodillaban a su alrededor y oraban por su alma en vez de ayudarla. Furioso, apartó a los incautos y vislumbró el hermoso rostro de la muchacha...Quedó hipnotizado.

Los aldeanos lo reconocieron inmediatamente, sabían que era un delincuente y protegieron el cuerpo de la muchacha poniéndose frente a el. La sacerdotisa abrió sus ojos con una expresión cansada y adolorida hacia donde se estaba formando el alboroto.

Sus miradas se cruzaron.

El silencio reinó en el ambiente y la oposición de los aldeanos quedó en el olvido cuando el joven se arrodilló a un lado de ella e intentó curar sus heridas. Ella lo quiso impedir, pero se desmayó y él terminó cargándola en brazos para llevarla a su casa ante la atónita mirada de la muchedumbre.

Pasaron meses cuidándola sin saber porqué, meses en los que ambos se enamoraron y decidieron hacer su vida juntos. Ella tuvo que abandonar su pureza y dejar de ser una sacerdotisa por él, a cambio el joven se comprometió a trabajar y dejar de delinquir.

Una noche lluviosa se escucharon ruidos en la casa, ella despertó alarmada con su embarazo de seis meses. Intentó despertar a su amado, pero él estaba demasiado cansado como para acudir al llamado asustado de la mujer.